De acuerdo con lo señalado en su reciente campaña para conmemorar el Día de la Libertad de Prensa por la Asociación de Entidades Periodísticas de la Argentina (Adepa), la labor del periodismo profesional y responsable es el mejor antídoto contra la desinformación, sobre todo para combatir las fake news, en especial en tiempos de coronavirus.
Para profundizar en esta situación, entrevistamos a Matias Enríquez, periodista argentino, docente en comunicación y Social Media Manager, que se ha especializado en el tema y que se pregunta si la fórmula se repite hoy más que nunca: falso contenido y «creíbles» interlocutores, y los peligros que esto conlleva.
«En estos momentos de aislamiento social, en que además la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) nos lleva a informarnos de las fuentes oficiales, si hay alguna falencia o alguna mala comunicación desde cualquiera de los organismos oficiales, estamos ante problemas severos», analiza Matías.
«Hoy, las fake news o noticias falsas están circulando por todos lados. La preocupación surge, en principio, por el contenido que se envía desde las redes sociales: por distintos grupos, yo voy recibiendo información, hasta teorías demasiado conspirativas, incluso originales, sobre lo que puede suceder. Y hay un chequeo nulo de la información, lo cual me preocupa mucho. Primero, porque las fake news generan preocupación y malestar, un malestar de orden mental, sobre todo en este momento, con el Covid-19, que tiene un escenario muy dinámico, todo va cambiando muy rápido y hay mucho desconocimiento sobre el virus en sí, y la situación de incertidumbre fomenta este tipo de comportamiento de las personas.»
«Hoy, las fake news o noticias falsas están circulando por todos lados. La preocupación surge, en principio, por el contenido que se envía desde las redes sociales: por distintos grupos, yo voy recibiendo información, hasta teorías demasiado conspirativas, incluso originales, sobre lo que puede suceder»
Matías Enríquez
Para Matías Enríquez, «hoy las noticias falsas han encontrado en las redes sociales una tierra fértil a partir de la cual para propagarse. No olvidemos que tenemos una cultura que todavía da mucho valor a la palabra escrita que aparece en un medio, porque estamos en una etapa de transición generacional. Y hay toda una estrategia detrás de esas fake news: por ejemplo, hace poco vi una página diseñada exactamente igual a otra de Infobae, con noticias falsas sobre el Covid-19, y la única manera en que uno podía darse cuenta de que no era de Infobae, que la noticia era fácil, era cliqueando el URL, la barra de dirección, que en vez de infobae decía infovea. Estaba hecho a imagen y semejanza, y se denunció tanto que ya lo han sacado».
¿Hay otra manera de comunicar mejor que pueda detener o aminorar el efecto de estas nefastas fake news? «El periodismo tradicional ha llegado a un nivel de agotamiento que va en sintonía con el hastío que hay en rubros como el que trabajo yo, que es el político. Creo que debería haber una defensa de la vocación periodística, y que iniciativas como el periodismo de soluciones y el periodismo regenerador constituyen un salto de calidad importante para el rol del periodismo. Y es importante que se trabaje en el ámbito académico, porque, aunque no lo veamos ahora, es importante que en las próximas generaciones el periodismo dé ese salto de calidad tan necesario. Porque en el caso de las fake news, yo veo que uno siempre está corriendo un poco detrás, siempre un paso atrás, y se necesitan periodistas con otro tipo de formación quizá para ponernos a la par o para dejarlas definitivamente atrás», concluye Matías Enríquez.
+ INFO: Ver columna de Matías Enríquez en Diario Perfil: Fake News, la otra pandemia