La Fuerza Invisible es un nombre muy potente, que nos introduce inmediatamente en la realidad que nombra: una organización sin fines de lucro que, a través de documentales, visibiliza comunidades marginadas y las historias de sus protagonistas, compartiendo mensajes de superación, fortaleza y dignidad.
Sus fundadores son Taio Gardey y Pedro Fernández Quiroga. El primero, abogado, asesor en Relaciones Internacionales y especialista en migrantes y refugiados; el segundo, comunicador, escritor y director de servicios de Prensa en la agencia de comunicación integral AVC.
Desde La Fuerza Invisible, Taio y Pedro se han propuesto desarrollar contenido no solamente cultural sino también histórico, que perdure en las mismas comunidades y les permita empoderarse, realzar su identidad y luchar por sus derechos, y, contemporáneamente, invitarnos a todos a reflexionar y cambiar nuestra mirada.


Su primer proyecto audiovisual es de fines de 2016, en Tocaña, en la selva boliviana. Se trata de un relato sobre el pasado de los afrobolivianos, su presente y sus sueños a futuro. El documental muestra un camino recorrido desde la esclavitud hasta la integración a través de su música tradicional: la Saya.
“Decidimos ir a conocer la historia de Tocaña, en donde estaba el último rey de América Latina. Nos terminamos encontrando con una historia de una comunidad afrodescendiente, que sufrió esclavitud no solo por parte de conquistadores españoles sino también de los patrones bolivianos”, cuentan a NOTICIAS POSITIVAS. Durante 2017, editaron el documental –se llamó La fuerza de los invisibles– y finalmente lo mostraron en La Paz, Bolivia. El Senado boliviano lo mostró en la comunidad y también se compartió en unidades educativas. Más tarde, y con la aprobación previa de los protagonistas de la historia, también difundieron el documental en la Argentina.


El Instituto de la Diáspora Africana solicitó el documental para instalarlo dentro de la currícula obligatoria de la educación secundaria de los Estados Unidos. Fue presentado también en diversos festivales, entre ellos el reconocido Dividing Lines.
Cuando terminaron su primer proyecto, decidieron seguir trabajando con la población afrodescendiente, por ser la más estigmatizada, y emprendieron un nuevo desafío, esta vez en Sierra Leona. Una vez allá, se adentraron tanto en su cultura, que pudieron entender cómo, a pesar del vaciamiento estructural, la gente vive con valores perdidos en el mundo capitalista. Lo que más los sorprendió fue su sentido de la solidaridad, a pesar de que es uno de los países con el PBI per cápita más bajo del mundo.
“La gente no sabe comer sin compartir. Al haber sido sometidos a una de las guerras civiles más cruentas, cada tiempo de paz que tienen lo disfrutan al máximo y con alegría”, relatan. Primero fueron a la capital y se enfocaron en conocer las historias de superaciones de los niños y las niñas que fueron marginados luego de la cruenta guerra civil que atravesaron como comunidad. En el documental buscan plasmar que todos ellos, hoy ejercen el irrefutable derecho a soñar. Sueñan con un futuro mejor para ellos y sus familias. Durante este año se están dedicando a terminar la edición de este segundo documental. Al igual que con el primero, lo compartirán antes con la comunidad de Sierra Leona y luego lo presentarán en la Argentina.


El mensaje que atraviesa ambos documentales, y que seguirán transmitiendo en los próximos proyectos, es mostrar la superación como posibilidad latente dentro de toda comunidad marginada. Su misión es visibilizarla.
+INFO: documental La fuerza de los invisibles; en Instagram, @lafuerzainvisible, y en Facebook, La Fuerza Invisible