MADRID.- El proyecto Kulto, que permite a los consumidores comprar frutas y verduras de producción ecológica a pequeños productores de forma directa y a un precio justo, tiene como objetivo para 2021 extender la red de agricultores a Cantabria, Madrid y País Vasco.
“Nuestra idea con el Proyecto Kulto fue desde el primer momento poder ayudar a los pequeños productores ecológicos, por lo que cuantos más podamos ayudar, mejor. Con esto en mente, queremos llegar a todas partes de España y luego ayudar a más personas en otros países. En 2021, queremos llegar a Cantabria, Madrid y País Vasco; en 2022, a la Comunidad Valenciana y Barcelona; en 2023, a toda España; y en 2024, ser una alternativa internacional”, ha adelantado Pablo Kaperotxipi, cofundador de Kulto, a NOTICIAS POSITIVAS.
La plataforma tecnológica, que nace en 2019, permite a los agricultores vender sus productos sin intermediarios a través de sus propias ‘huertas virtuales’. A diferencia de otras iniciativas, en Proyecto Kulto es el productor el que prepara la cesta de verduras y frutas para que unas horas más tarde pueda estar en la mesa de la persona que haya comprado la cesta.
Kaperotxipi ha explicado que, entre los próximos pasos, tienen previsto desarrollar una plataforma tecnológica propia, que mejore la experiencia de usuario y que permita “generar un todavía mayor vínculo entre consumidor y agricultor, como el que se crea cuando vas al mercado de tu pueblo”.
En ese sentido, Pablo Quintero, también cofundador de Proyecto Kulto, ha calificado de “excepcional” la respuesta de la gente. “Tenemos la gran suerte de haber construido una comunidad muy fuerte de personas que comparten los mismos valores que nosotros. Personas que buscan cuidarse y cuidar del medio ambiente, que buscan que sus actos tengan un impacto positivo en las personas”, destaca.
Además de ofrecer frutas y verduras, la idea es incluir otras categorías como carne, pescado, miel y huevos para que el consumidor pueda realizar toda su compra online directamente de productores ecológicos de cercanía.
Kaperotxipi y Quintero, a quienes le une una amistad desde hace muchos años, coinciden en que el camino del emprendimiento es una aventura en sí misma y “la resiliencia y automotivación son fundamentales durante este viaje”.
“Lo más especial sin duda es ver que de una idea empieza a nacer una iniciativa social que se hace realidad y ayuda a muchas personas y el entorno. Ver cómo a través de tu trabajo puedes ayudar a un sector como el primario, minimizando los efectos sobre el medio ambiente y generando riqueza en el entorno local es impagable”, destaca Kaperotxipi.
Quintero remarca que visitar las huertas que forman parte del proyecto les da la energía que necesitan para continuar: “Una de las cosas que más nos reconforta es cuando visitamos a alguno de nuestros agricultores y nos presentan con tanto orgullo y cariño cada uno de sus productos”.
El proyecto Kulto tiene el propósito de democratizar un modelo local, ecológico y sostenible; un modelo socialmente justo, y además, que vaya de la mano de la naturaleza y no en contra de ella.