En Internet circulan muchos usuarios que son anónimos, con nombres raros o directamente falsos. Hay una persona detrás de ellos, pero no figuran sus datos reales en su cuenta de Twitter o cuando comentan una publicación. En muchos casos, se escudan en el anonimato y por ello se permiten ser groseros e irrespetuosos. Estos usuarios anónimos son llamados trolls y se caracterizan por criticar y cuestionar desde su anonimato.
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El mes pasado Twitter anunció un botón para denunciar comentarios abusivos. En esta línea, Arianna Huffington, la directora del Huffington Post anunció que en su web de ahora en más se prohíben las publicación de comentarios anónimos en sus páginas. La alarma la provocó, también, el hecho de que hasta llegaron a hacerse, desde los comentarios, amenazas de muerte o de violación.
El Huffington Post también emplea moderadores, editores y técnicos para controlar los comentarios ofensivos y los spam. Para llevar adelante este cambio de política tan drástico, Huffington destacó que la libertad de expresión es para quienes se hacen cargo de lo que dicen y no para quienes se ocultan en el anonimato. Asimismo planteó la necesidad de crear plataformas para acceder a una nueva era de Internet, más adulta y respetuosa.
