“Albert Camus decía que para buscar la verdad era necesario el diálogo. El diálogo es lo primero; hay que ponerse de acuerdo en ponerse de acuerdo”, dice Juan José Almagro a NOTICIAS POSITIVAS, y nuestro invitado sabe de qué está hablando, por que es presidente de la Asociación de Directivos de Responsabilidad Social (DIRSE), uno de los líderes -por no decir apóstoles- de la RSE española, y vicepresidente de Unicef Comité Español.
Almagro llegó al país invitado a participar de las Jornadas del Atrio de los Gentiles, que se desarrollaron entre el miércoles y el sábado de la semana pasada en Buenos Aires y, luego, en Córdoba. Esta reunión internacional es una vieja iniciativa del Vaticano que ahora vuelve a impulsar el papa Francisco y que propone un diálogo abierto de toda la sociedad, en el que cristianos, creyentes de otras religiones, no creyentes y hombres de buena voluntad puedan entenderse en un espacio recíproco.
El Atrio de los Gentiles es la continuación de una tradición tan antigua que sus orígenes se remontan al rey Herodes y el templo de Jerusalén En esa época, había en el templo un espacio, un atrio, en el que todos, judíos y no judíos (los no judíos eran los gentiles y los paganos) podían dialogar, un lugar de encuentro y diversidad. Esta reunión internacional está cada vez dedicada a un artista del país en que se hace y en esta oportunidad estuvo dedicada a Jorge Luis Borges y a su obra, «Borges y la trascendencia», y también a la «Responsabilidad social y ciudadana»
¿Por qué se incluye también en esta convocatoria a la responsabilidad social? Porque, dice Almagro, «el mundo necesita de la responsabilidad para ser un mundo mejor».
«Hoy, los mayores debemos decirles a los jóvenes que no hemos sabido enseñarles cosas. Que hemos confundido progreso con velocidad. Por eso hay que regenerar la confianza de la gente. Hay una batalla por ganar: la persona y su dignidad tienen que estar en el centro de la sociedad, lo financiero no puede ser un fin en sí mismo y ese no es el futuro», continúa Juan José Almagro. «Hay que producir esperanzas, como diría Borges. Y por eso este renacimiento de la responsabilidad social.»