Fundada por José María Serasola, la Fundación Mediapila fomenta la cultura del trabajo en barrios carenciados. A través de censos realizados por sus voluntarios, seleccionan a la familias más necesitadas y contactan a las madres –por lo general, sobreviven como cartoneras– para ofrecerles la posibilidad de capacitarse como costureras en un taller que montan para hasta cuatro integrantes.
Los talleres producen un fuerte impacto en los jóvenes que asisten a ellos, porque muchos por primera vez se enfrentan con la dura realidad de otros niños y porque los talleres están dados por jóvenes de la fundación.
Mediapila es también un desarrollo de marca, que es la gestión de venta para los talleres, la parte en la que se sustenta la fundación y un modelo replicable en sí mismo. Actualmente, están en un proceso de apertura de talleres en las provincias.
“Queremos concientizar a los chicos y decirles que para cambiar las cosas cada uno tiene que hacer algo desde su lugar, no hay que esperar a que lo hagan por nosotros. No hace falta ser «grande» para hacer algo, se puede hacer desde chico”, dice Leandro Andrés (22) a cargo de la coordinación con los colegios.
“Hay cada vez hay más jóvenes que se comprometen y muchos que quieren involucrarse en el cambio y no saben cómo. Por todo esto te diría que sí soy optimista, esto es un efecto multiplicador.”
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