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Con un diseño absolutamente creativo, La petite Robe noire de Guerlain ha logrado retomar una tradición a la vez que está a la vanguardia. Recuperando su propia historia, este perfume combina lo clásico con lo moderno.
El diseño del frasco es una réplica fiel de sus antepasados, Mitsouko y L’Heure Bleue, creado por Raymond Guerlain. Las curvas de los hombros recuerdan los de una mujer y el tapón representa un corazón invertido. En la reinterpretación actual del escultor Serge Mansau, el cristal del frasco degrada en su transparencia del negro al rosa empolvado, la silueta del vestido acampanado, escotado y con mangas globo.
Lo poco convencional es que no se eligió una bella modelo ni una actriz impactante para la comunicación del perfume. A la foto mejorada con Photoshop, se prefirió directamente la fantasía del dibujo con pocos trazos pero de líneas dinámicas, como antes de que la fotografía publicitaria invadiera la gráfica. Se convocó al estudio Kuntzel+Deygas (Olivier Kuntzel es el precursor de la imagen gráfica digital en Francia, y junto con Florence Deygas, llevó al cine Le petit Nicolas) para darle vida a la silueta de una joven parisina misteriosa y chic que planea sobre los techos de la ciudad.
Así se une la moda con la perfumería, con delicadas puntadas hechas a mano, personalizadas para La petite Robe noire. ¿El perfume? Delicioso.