El doctor Fernando López Peña –abogado B y coordinador de la Comunidad B Patagonia Argentina– desarrolló la propuesta de meditación cuántica con una base científica, como una solución para mejorar los niveles de bienestar y creatividad de quienes habitamos en las grandes ciudades.
Por esta razón fue entrevistado en el nuevo ciclo de N+LIVE. De la charla, se desprendieron varios conceptos fundamentales sobre la práctica de la meditación cuántica y de cómo puede ayudarnos a gestionar las emociones:
–Gimnasia para la mente: «Así como entrenamos el cuerpo en el gimnasio, esto es una gimnasia para la mente, para los pensamientos. Esto es una explicación desde la física cuántica –o desde el mundo no manifiesto– sobre cómo funciona en nuestro cerebro, en nuestras conexiones neuronales, y es una herramienta a aplicar más que nunca».
–Somos energía: «Somos un cuerpo electromagnético; nuestros pensamientos tienen electricidad y magnetismo, y se puede medir a través de encefalogramas y resonancia magnética nuclear. Estas lecturas nos están evidenciando que, en la medida en que estemos en baja frecuencia emocional –el miedo, sobre todo, que genera un cambio en la fisiología del cerebro–, se afecta el sistema inmune (por ejemplo, el bazo está afectado por el estrés, por la suba o la baja de cortisol). Somos nosotros la causa. Hoy, muchos pensadores muy evolucionados nos están diciendo que lo que está ocurriendo es parte de la desconexión que tenemos con la naturaleza, con el gran espíritu, con la conciencia pura, con lo que queramos llamar. Ese patrón universal que nos está enseñando el principio de interdependencia».
–Bajar nuestras propias proyecciones: la meditación cuántica nos permite bajar el miedo. Si uno mide las frecuencias electromagnéticas en el cerebro, en un estado de meditación o en un estado de contemplación de la naturaleza, van a ser muy diferentes. Nuestra emocionalidad afecta nuestra salud. Cuando uno está en un momento de preocupación y se retira unos minutos a meditar, hay un cambio. Y en momentos de alta preocupación, como son estos, la meditación cuántica –yo doy una grabación que es muy corta, no llega a los cuatro minutos, con una música después de alta frecuencia– cambia sustancialmente ese estado luego de hacerla».
–En la medida en que pensamos, creamos: «Imaginemos a Noé en el Arca diciendo ‘Estoy en pánico’. Cuidado con eso. Eso produce la baja del sistema inmune y está comprobado por la ciencia».
–La meditación habla de la luz: «Cerramos los ojos y llevamos la mirada interna hacia arriba, a la coronilla, podemos llegar a ver luz, es muy común que la veamos. Esto apunta a que comprendamos que somos seres de luz. Y esto es científico: hay una prueba en la que se extraen células de la piel de una persona y se observa el ADN, el ADN tiene fotones. La prueba dio que, sometida la persona a impactos emocionales visibles a través de una cámara, se le estaba dando información negativa y positiva, los fotones del ADN ante las emociones o se contraían o se expandían, se iluminaban más o se opacaban. Por eso hablo de que en meditación, pensemos en la luz que tenemos, en la luz que está en nuestras células, en nuestro organismo».
«Entrar en el camino de la meditación es la gran herramienta de vida porque nos da mucha claridad mental y los valores humanitarios, que son lo que hoy nosotros debemos aprender»
–Duración de la meditación: «No necesitamos meditar 20 minutos, una hora, dos horas. Obviamente que cuanto más medito más impacta eso en mí, en mi cerebro, en mi estado emocional. Pero si lográramos meditar dos veces por día, o al menos una vez en el día cuando nos levantamos, esos cuatro minutos, es la llave. Hoy hay muchas técnicas y todas son válidas. Entrar en el camino de la meditación es la gran herramienta de vida porque nos da mucha claridad mental y los valores humanitarios, que son lo que hoy nosotros debemos aprender.
–La práctica: con una música o la repetición de un mantra, todo sirve, para entrar en una rutina, que es disciplina. Voy conociendo, me voy amigando con la práctica, me va dando un anclaje. Mi recomendación es que entremos en esa disciplina: es más válido meditar dos minutos por día que un día quedarse dos horas meditando y después veinte días, no. Esto es como un entrenamiento».
+ INFO: www.meditacioncuantica.com.ar
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