En estos días escuchamos en los medios las palabras «legal» y «ética» en alusión al tema del dólar futuro. Hombres de la política que hoy proponen un cambio decidieron, sin demasiadas vueltas, ser parte del grupo de ciudadanos que accedió (gracias a políticas del gobierno anterior calificadas como dudosas) a ser, sin embargo, beneficiario del negocio. Hasta el actual embajador argentino en los EE. UU. parece haberse tentado con la compra de dólar futuro. Acaso invento despiadado de mercado financiero despiadado, tan lejos de las modernas empresas con propósito, aprovechar un mecanismo como este, qué dice de esa persona?
Esos actos son legales, al menos por ahora. El tema es la ética…
Se atribuye al genio de Einstein la famosa frase que advierte que no es posible modificar la realidad con las mismas conductas que llevaron a lo que se quiere cambiar.
En otro orden de cosas, y mientras esto sucedía, la Patagonia argentina, más precisamente la Comarca Andina del paralelo 42, reconocida por su compromiso ambiental y por ser reservorio de recursos naturales, pivotea con el caso de Mr. Lewis y el hecho de que su empresa haya cerrado el acceso al agua potable y a bosques originarios del Lago Escondido, además de haber construido un aeropuerto con salida al Atlántico y una represa en aguas públicas para luego vender esa energía (sí, a la misma provincia)
Todo «legal», claro, porque casi nunca falta quien pueda determinar que es jurídicamente viable algo como comprometer recursos naturales, priorizando el negocio de una empresa.
¿Ético? ¿Seguro? ¿Justo?
Bueno… Esa es la cuestión.