El diario La Nación publicó, el pasado lunes 20, un editorial titulado “Empresas de triple impacto”, que en su comienzo dice: “Conciliar la producción y la creación de riqueza con el desarrollo social y el impacto ambiental positivo debe ser el eje de un nuevo modelo empresarial”.
Esto tiene un contexto que es la Ley de Beneficio de Interés Colectivo (Ley BIC) –que NOTICIAS POSITIVAS acompañó en su recorrido hasta que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados, en diciembre de 2018–, que está ahora en el momento justo para convertirse en la ley nacional que el mundo emprendedor está esperando.
Para hablar de este tema, conversamos con la doctora Laura Ocampo, abogada y una de las redactoras del anteproyecto de la Ley BIC, también miembro del Directorio de Sistema B Argentina.
Noticias Positivas: -En el cierre del último encuentro virtual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), el presidente de la Nación, Alberto Fernández, dijo: “Hay que ir hacia un capitalismo noble, revisar el capitalismo”. Y nosotros sabemos que tenemos esta ley con la media aprobación de Diputados. ¿Pensás que aquí está la respuesta?
Laura Ocampo: -Para nosotros es una alegría muy grande que el presidente de la Nación esté describiendo lo que estamos buscando hace bastante tiempo con esta ley. No se trata de revisar el capitalismo, sino las formas de producción que nosotros conocemos y que se originan en la época de la Revolución Industrial, hace 200 años. Esto tiene que ser revisado porque el mundo cambió. Hace 200 años, éramos 1000 millones de habitantes en el planeta y hoy somos 7500, y en 2050 vamos a ser 9000 millones de personas con un mismo planeta. El cuidado de las personas y del planeta es un imperativo no solamente de los gobiernos y de la sociedad civil, sino también de las empresas. Y no es algo que se quiera imponer a las empresas, los empresarios lo están pidiendo.
Pero para eso es importante que haya una norma que contemple esta nueva forma de producción, en la que el impacto positivo en lo social y en lo ambiental se mete en el corazón de la empresa. Uno lo va generando junto con el desarrollo económico. No se trata simplemente de tener una actividad productiva para poder lograr la mayor ganancia para el accionista –lo cual se mantiene y es válido–, sino que además de los accionistas se consideran a todos los grupos de interés vinculados con estas empresas.
Hace unos días, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Gutérres, presentó un informe sobre el Covid-19 en toda la región e hizo hincapié en la necesidad de revisar las formas de producción o de resetear. La convocatoria para la próxima reunión de Davos del año próximo es el reinicio o reseteo. Sin dudas, la pandemia aceleró este proceso, pero ya era algo que veníamos viendo.
-NOTICIAS POSITIVAS hizo un recorrido informativo de este proceso, y vemos que este es el momento. ¿Cuál es el mayor desafío que enfrenta ahora la ley?
-Este es el momento, sí. Toda la región de América Latina está trabajando en este tema: Uruguay, Colombia, que ya tiene una ley aprobada al igual que Ecuador. También en Italia hay una ley aprobada, sin mencionar la cantidad de estados en los Estados Unidos que cuentan con una ley que reconoce estas empresas. Hay una necesidad en el mundo entero, porque hay un consenso por parte de los empresarios que ven que el triple impacto puede ser una herramienta que ayude a lograr soluciones en lo social y lo ambiental. En la Argentina, redactamos un proyecto de ley sin modificar la Ley de Sociedades. Simplemente introdujimos cuáles son las características propias de las empresas de triple impacto en este proyecto de ley, que es bastante corto, porque se complementa con la Ley general de Sociedades. El proyecto de la Ley de Beneficio de Interés Colectivo fue aprobado por la Cámara de Diputados, es decir que ya tiene media sanción. Está ahora a la espera de que la apruebe el Senado.
-Ya se habla de un cuarto impacto ¿verdad?
-Hablamos de triple impacto porque pensamos en las urgencias, en la necesidad de buscar a través de la fuerza del mercado soluciones en lo social y en lo ambiental. Lo social aparece como lo más urgente en atender en el mundo pospandemia, pero no olvidemos que el tema del cambio climático y la urgencia de encontrar soluciones al tema ambiental sigue estando vigente, y ahora más que nunca. A mí me encantaría incluir como cuarto impacto el cultural: el conocimiento de las culturas, de las idiosincrasias, y sobre todo el respeto de las formas de cada uno de los pueblos donde se desarrollan las actividades económicas.
+ INFO: ver editorial Diario La Nación Empresas de triple impacto