La Universidad de Harvard en Massachusetts anunció la creación de Le Kum Sheung Center for Health and Happiness con un presupuesto de 21 millones de dólares para estudiar a fondo la ciencia de la felicidad y no es de pura curiosidad. Las investigaciones realizadas hasta el momento advierten que los hallazgos relativos a la ciencia de la felicidad pueden redireccionar la agenda política y económica mundial, porque llegaron a la conclusión de que el abordaje actual de la salud se ocupa mayormente de la resolución de problemas y muy poco de analizar cómo una actitud positiva puede influir no solo en la salud sino también en la prevención.
El nuevo centro forma parte de la Escuela de Medicina Pública y basará sus investigaciones en la idea de que la salud es mucho más que «la ausencia de enfermedad», buscando trabajar sobre una ciencia diferente no focalizada en el déficit o el problema existentes, sino en empezar a entender cuáles son las fortalezas que tenemos las personas y qué necesitamos para promover la salud y la longevidad, no simplemente para vivir más sino mejor. Los tres pilares de investigación serán la psicología, la comunicación y la ciencia básica.
Aquí me detengo. Si hablamos de comunicación, hablamos de medios y ahí aparece la primera pregunta: ¿quiénes comunican? Son seis (sí, seis: ver gráfico) las corporaciones internacionales que manejan el negocio en el planeta y no pocos hablan de la «ilusión de elegir»cuando el televidente busca distintas visiones en las distintas pantallas.
Pero, acaso producto de una visión positiva de la comunicación también, está el caso de Positive News en el Reino Unido, que con su campaña #OwnTheMedia de sólo un mes de duración en las redes sociales (del 8 de junio al 8 de julio de 2015) logró recaudar más de un cuarto de millón de libras que 1562 personas (lectores y periodistas) invirtieron a cambio de ser dueños del medio. Este modelo de financiación colectiva que también se dio en España con el periódico El Español, un caso que podría estudiarse en Harvard ya que no se queda con el déficit (ambos casos no podrían haber crecido con un modelo de negocios tradicional) y se enmarca en la resiliencia a través de la creatividad.
“La felicidad no es sólo una palabra”, dice el codirector del nuevo centro, profesor K. Viswanath, “de hecho se trata de la resultante de cómo cada uno se relacione con el mundo. A partir de ahora podremos investigar en forma sistémica y rigurosa cómo factores como la comunicación nos conectan con otros y cómo el compromiso o la falta de él influyen sobre nuestra felicidad y salud.”
La comunicación constructiva promete tener un fuerte protagonismo en el nuevo periodismo.