El Hospital de Clínicas es uno de los hospitales pertenecientes a la Universidad de Buenos Aires. Como centro de salud de avanzada, recibe pacientes de todo el país y de la región. Su misión es la asistencia, la docencia y la investigación.
NOTICIAS POSITIVAS entrevistó a su director, doctor Marcelo Melo, para conocer cómo, por primera vez desde que el Clínicas está en funcionamiento, entre otras importantes novedades, se está renovando la planta completa de ascensores (terminando con uno de los problemas históricos), se refaccionaron y equiparon a nuevo seis quirofanos, se creó un nuevo espacio de simulación de cirugía mínimamente invasiva, único en un hospital público, destinado a residentes de todas las especialidades.
.Noticias Positivas: -Como existe una articulación público-privada de la que participará nuestro medio en el Departamento de Pediatría del Hospital con el doctor Diego Rosso, hemos tenido la oportunidad de entrar y visitar el Hospital de Clínicas de arriba abajo, y también de estar en contacto con quien está a cargo de la comunicación, Fernando Chamot. Por eso, nos gustaría que usted comparta los «datos duros» del Hospital: todos los logros obtenidos por esta institución y que muchas veces no se ven, no se visibilizan.
Marcelo Melo: -En el Hospital estamos en una etapa muy linda, porque la gente, cuando uno se cruza con ellos, empieza a decir que está más limpio, más iluminado, que hay pintura nueva, que se ve gente trabajando, que se están cambiando los ascensores por nuevos, que hay una guardia nueva, que hicimos una sala de internación para los chiquitos con problemas hematooncológicos.
El hospital está muy activo. En realidad, siempre se habló muy bien del personal: muy buenos médicos, enfermeros, o sea, el material humano muy muy bueno, pero con déficit en la parte de tecnología y en la parte de infraestructura. Gracias a la colaboración del Ministerio de Educación, hace un tiempo pudimos comprar aparatología y pudimos empezar a hacer obras de infraestructura.
Ahora eso se está viendo reflejado: el hospital es enorme, son 14, 15, manzanas apiladas, son muchos metros cuadrados. Hay tres subsuelos, había lugares que estaban en muy malas condiciones y ahora los estamos reciclando, modificando. Estamos comprando máquinas para lavar la ropa del hospital, para la parte de la imprenta también. El hospital es una ciudad y tiene carpintería, mantenimiento, electricidad, lavandería, ropería, es decir, un mundo de gente.
Yo, desde que asumí, me prohibí decir promesas y solo hablo de hechos. De lo que se puede ver y de lo que se hace. Y por suerte se puede hablar mucho de lo que se hace en esta última etapa: entre alumnos y pacientes, hay alrededor de 10.000 personas que circulan todos los días por el hospital; operamos entre 8000 y 9000 cirugías anuales; hay un montón de consultas diarias. El Hospital está recibiendo muchas colaboraciones, la más importante, la de la Fundación Hospital de Clínicas.
El hospital es enorme, son 14, 15, manzanas apiladas, son muchos metros cuadrados. Hay tres subsuelos, había lugares que estaban en muy malas condiciones y ahora los estamos reciclando, modificando. Estamos comprando máquinas para lavar la ropa del hospital, para la parte de la imprenta también. El hospital es una ciudad y tiene carpintería, mantenimiento, electricidad, lavandería, ropería, es decir, un mundo de gente.
Doctor Marcelo Melo
-Esto hace a la definición de salud que hace la propia Organización Mundial de la Salud, sobre el espacio y el confort, y que no es solo la ausencia de enfermedad. Y los datos de 2018 hablan: se atendieron 365.000 consultas en consultorios externos, y, en promedio, 30.000 mensuales o 1000 diarias; los servicios de diagnóstico por imágenes y urgencias fueron los que más consultas tuvieron, y hubo 11.871 internaciones.
-El hospital es de alta complejidad. Las 11.000 cirugías, por ejemplo, son de pacientes que no se pueden atender u operar en ningún otro lugar. Y lo más importante, la mayoría de esos pacientes, el 50 por ciento, carecen de cobertura de salud o son indigentes, es gente que nunca va a tener la oportunidad de tener medicina de alta calidad o complejidad. Es un hospital público y estamos haciendo honor a esa palabra.
-Hay una tendencia mundial –y usted la mencionó cuando habló de las colaboraciones que se acercan a ayudar– hacia las articulaciones público-privadas en distintos ámbitos. ¿Usted cree que esto va a ir en aumento efectivamente?
-Sí, porque esto es política pura. Y deberían existir políticas públicas que les permitan a las empresas o personas que hacen su donación a las fundaciones que colaboran con un ente de salud también pudieran tener ciertas ventajas económicas que impliquen ciertas ganancias o una retribución económica. Y la Fundación responde así directamente a los requerimientos de la entidad y es mucho más operativo que cuando se compran cosas a través de la administración del hospital, que son burocráticos, largos para tener transparencia pero que pueden ser obsoletos cuando se tiene un paciente con una urgencia.
-Ustedes tienen ejemplos actualmente de esta articulación público-privada.
-La última sala, la de hematooncología, que es una sala modelo increíble, se hizo en forma conjunta con la Fundación. En la inauguración se escucharon relatos de pacientes chiquitos y adolescentes, y qué importante es que se puedan tratar con profesionales eficientes y con buen nivel en un lugar amigable en donde las paredes estén pintadas, en ese lugar en donde ellos van a enfrentar un problema gravísimo, porque estamos hablando de cáncer y de muerte en la adolescencia.