La Fundación Cláritas nació en 2003 como consecuencia de la crisis social y económica que sufrió Argentina en 2001 y 2002. «Surgió para aportar un granito de arena en volver a pensar que un mundo más humano, más equitativo, más fraterno es posible», señaló en diálogo con NOTICIAS POSITIVAS Luciana Gineste, directora ejecutiva de la fundación. El objetivo de Cláritas es formar actores en el ámbito político, económico y social, que sean capaces de transformar la realidad. La particularidad de la formación es que se lleva adelante con escuelas que asumen la modalidad virtual.
«¿Por qué hacer la formación de modo virtual? -se consultó Gineste-; porque muchas personas de las provincias no tenían la posibilidad que tienen los porteños de capacitarse. No podían acceder a capacitaciones que sólo existían en Buenos Aires. La virtualidad surgió como una alternativa.» En 2003 se creó una escuela social y política y en 2007 nació la escuela de emprendedores sociales. «Es una escuela en la que participa cualquier persona que esté interesada en el sector social, en trabajar en una organización social, en colaborar o en capacitarse en la temática. La idea de esta escuela es darles herramientas a las personas para que puedan trabajar en organizaciones y puedan transformar la realidad.»
La Fundación Cláritas surgió de un grupo de personas que pertenecen al movimiento de los Focolares originado en Italia. Este movimiento tiene como principio el paradigma de la fraternidad. Gineste sostuvo que se apunta a que «las relaciones en el sector social, político o económico se construyan sobre la fraternidad, es decir, sobre el pensamiento de que todos somos hermanos y a pesar de nuestras diferencias podemos ponernos de acuerdo para proyectar un mundo más equitativo. Esta es la base de nuestra intervención en el sector social».
En cuanto a los modos de brindar las capacitaciones virtuales, Gineste señaló que crearon «un campus virtual muy ameno que aloja nuestros cursos para que cualquier persona con básicos conocimientos de Internet pueda acceder y pueda capacitarse». La virtualidad favorece la inclusión geográfica, porque apunta a todas las provincias argentinas y a otros países de América Latina y, al mismo tiempo, promueve la inclusión digital, ya que «hemos tenido personas de 80 años que han accedido a nuestros cursos y rangos de edades y ocupaciones muy heterogéneos. Hay que animarse y probar esta formación virtual ya que es muy accesible. Son espacios de mucha calidez y donde se da la posibilidad de conocer otras realidades que quizás en una formación presencial no tenemos».
Los cursos que brinda la Fundación Cláritas tienen un costo; sin embargo, esto no es excluyente dado que desde la fundación no desean que «nadie quede afuera por una cuestión económica. Nuestra filosofía es no dejar afuera a nadie; entonces tenemos un amplio cupo de becas para quienes quieren hacer el curso y no tienen la posibilidad».