El sábado 17 de abril, el Comité de Sustentabilidad del Club Náutico de San Isidro organizó la primera limpieza del río de este año. Esta vez, el grupo estuvo formado por doce personas que cruzaron en catamarán a la isla Nazar Anchorena –o como la llaman los socios, la “Isla B”–, para recolectar todo lo que no formara parte de la naturaleza.
NOTICIAS POSITIVAS asistió al encuentro y tuvo la oportunidad de hablar con Facundo Moro y Paz Constantini, miembros del Comité de Sustentabilidad del club. Ellos contaron que el comité empezó hace dos años y que actualmente está formado por catorce jóvenes, cuyo objetivo es que cada parte del club (concesionarios, restaurantes, deportes, etc.) sea más sustentable.
«En las canchas de tenis, por ejemplo, fueron cambiando las luminarias a LED, y así con los distintos deportes: en el gimnasio y en el fútbol había dispensers con vasitos de plástico y ahora no, cada uno se trae su botella. En los concesionarios también se cambió, la idea es pasar a botellas reutilizables de vidrio.»
En resumen, empezar a hacer de a poco ese cambio, y concientizar al socio y a todos los que vengan a visitar el club. El proyecto recién está comenzando: hace un mes aproximadamente, se hicieron las pasarelas, el primer paso necesario para adentrarse en el humedal. «Por eso, cuando vinimos por primera vez, esto estaba lleno de plástico.»
Este es un proyecto de integración de los humedales al club. La isla está rodeada por un albardón, el que limita las inundaciones dentro de la parte de la isla que ya está asentada, y por fuera del albardón el club tiene todo un terreno que es un humedal. Desde el Comité de Sustentabilidad, el objetivo es integrar ese humedal al club de una manera educativa y poco invasiva. Por esa razón, se hicieron unas pasarelas en sectores puntuales en los que hay mucha biodiversidad: fauna y flora autóctonas y nativas del Delta que quieren que los socios conozcan.
«Somos 15.000 socios. La idea es entender que el club no es solamente un espacio verde con canchas de fútbol y canchas de tenis, sino que tenemos mucho para aprender de la naturaleza. Tenemos mucho para ver sobre cómo está la contaminación en estos espacios nativos adonde abunda la naturaleza, pero lamentablemente también abunda la contaminación: plásticos, telgopor, metales, vidrios. Acá limpiamos solamente un sector, el que pasa por al lado de este sendero en donde empieza la pasarela, pero justamente la idea del proyecto es armar un espacio educativo y de concientización de todo lo que implica cuidar de este humedal que está a cinco minutos de nuestra casa y que nadie conoce», señala Facundo.
Se trata entonces de limpiar los espacios y dejarlos lo más «nativos» posible, es decir que la fauna y la flora puedan crecer libremente, salvo por los senderos que se recorren para visitar, y para ir aprendiendo cómo funciona el ecosistema, cómo integrarlo a la vida y aprovecharlo. «Ahora, debido a la pandemia de Covid-19, el club está superrestringido en cuanto a los accesos, pero queremos que este espacio sea educativo y para toda la comunidad. Desde nuestro lugar, buscamos generar un impacto positivo y concientizar a todo el que vive en este entorno sobre la importancia de cuidar a la naturaleza entre todos», afirman Facundo y Paz.
FOTOS de FELIPE COSTA