La propuesta de hacer un workshop con Chus Cano era fascinante. Pero dudé porque yo no tengo ninguna habilidad para los trabajos manuales. O al menos de eso estaba convencida. La famosa restauradora de muebles y objetos visitó Buenos Aires para recorrer la ciudad y descubrir qué tipo de antigüedades buscan los restauradores locales para reciclar, y cómo lo hacen. Además, tendría también un encuentro con la prensa y un grupo de fans quienes estaban ansiosas por clarificar dudas y derribar mitos con la ayuda de la popular conductora de Reciclarte, programa que ofrece la señal Más Chic TV.
“Los muebles no solo pueden transmitir utilidad en el día a día, sino también sus emociones. En esta nueva temporada, incorporamos en el programa el lazo de la emoción a través de la persona que nos manda su mueble para reciclar, nos cuenta la historia y lo que significa para ella. Abrimos la convocatoria en España para que nos contaran el valor que tenían sus muebles. La selección fue muy complicada y hubo que estudiar uno por uno”, contó Chus.
El Mercado de Pulgas, el tango y la Bombonera han sido las prioridades de Chus Cano en Buenos Aires. “Tengo momentos especiales en que me pongo a escuchar Por una cabeza y se me eriza la piel. Amo el tango y mi padre siempre me hablaba de la Bombonera”, recuerda.
Manos a la obra
Primero trabajamos con un trozo de marco para hacer un dorado a la hoja. Chus Cano tenía un espejo de la familia de una de las participantes del grupo, tal como es la nueva consigna para este año: objetos con historia. Mientras aprendía la técnica –primero se emplea una pintura roja especial, dos manos, pistola de calor y una mano de pegamento–, recordé un espejo que tengo en casa y que era de la abuela. El pobre no refleja a nadie porque está castigado, cara a la pared, esperando ser rescatado y gozar de una segunda vida.


Mientras disponía las hojas doradas sobre el marco, tomé la decisión: este aprendizaje se iba a volcar en el espejo de la abuela. Y me embargó una mezcla de alegría y emoción.


“Vivimos en un mundo totalmente industrializado, tecnologizado, no paramos ni a ver qué le pasa a nuestro vecino, vamos de prisa. Pero, en el fondo, son las emociones son las que manejan nuestra vida. En la decoración, la casa no solo es el reflejo de cómo somos, la casa es el reflejo de cómo nos sentimos”, asegura la restauradora. “Cuando estamos pasando una mala época, una depresión, la muerte de un ser querido, algo que duele, la casa se abandona. Puede estar limpia, pero está dejada porque nosotros no nos encontramos bien. La casa habla de ti. Si a través de nuestra decoración, de recuperar un mueble, poner flores frescas, nos viene un sentimiento nuevo, eso te va a cambiar, al margen de que te ayude un médico. Vamos dando pasitos. Y además sientes ‘esto lo he hecho yo, soy capaz de hacerlo. Llevaba dentro un genio y no lo sabía’. ¡Alguna vez me gustaría dar charlas de coach!”, concluye Chus Cano, con su encantador acento madrileño.
Después de estas enseñanzas, mi trabajo que por un momento juzgué torpe, quedó con un toque envejecido y los defectos se convirtieron en virtudes estéticas. Hasta la profesora me lo elogió.
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