Actor y director de cine, Boy Olmi conversó con NOTICIAS POSITIVAS sobre Good Pitch, el encuentro internacional de cine documental que este año se realizó por segunda vez en la Argentina.
Lo que busca este encuentro es que las películas sirvan para acercar tanto a las ONG, los filántropos y las marcas como a los multimedios de todo el mundo, y promover el tratamiento de problemas sociales y medioambientales.
N+: -¿De que se trata y a qué apunta Good Pitch?
-Acaba de ocurrir en Buenos Aires el encuentro internacional Good Pitch, en el que se eligieron cuatro películas de toda América Latina en un proceso muy riguroso. La idea era lograr que esas películas alcanzaran un impacto social. Es decir que además de la película hecha, que se terminara con éxito, ver cómo ésa película puede conmover, sacudir, modificar conciencias, las leyes de ciertos países, las actitudes en ciertas temáticas, los niveles en que esos temas están insertos en la agenda, en el discurso. En definitiva, lograr aquello para lo que las películas están hechas: un cambio.
-Es justamente lo que en Good Pitch llaman “la gran idea”, ¿no? Me gustaría que cuentes también acerca de los temas que tratan en las películas que se pudieron ver.
-Una película está hecha para algo más que entretener al público. En este caso justamente se trata de documentales de alto impacto por los temas que tratan. Yo tuve la oportunidad de estar en la versión europea del evento, en Oslo, y presencié siete películas de fuerte impacto y que me han dejado, junto con las cuatro que se exhibieron aquí, con el corazón atravesado. Las que se vieron en la Argentina eran dos de Colombia: una, acerca de los atropellos que está padeciendo el mundo campesino, el mundo agrícola, que durante muchos años habitó, protegió, y trabajó esa tierra, y que ahora se encuentra amenazado por intereses muy poderosos que tienen que ver con la megaminería, y la otra, sobre un pueblo, en la zona de Santa Marta, que vive a orillas de un río. El filme muestra el pueblo, que tiene como centro de reunión una canchita de fútbol, ya que el otro punto, la iglesia, fue escenario de una terrible masacre donde murieron, hace unos 20 años, 40 personas víctimas de la violencia paramilitar que ha tenido ese país.
-La tercera película, de Chile, trata sobre un grupo de adultos con síndrome de Down que pasaron la barrera de expectativa de vida, y sobrepasaron a sus padres en muchos casos y hoy en día no encuentran un lugar que los acoja, que los reciba. La película trata temas como el trabajo digno, las relaciones afectivas, y distintas cuestiones sociales que deben padecer estas personas discapaces en algunas cosas, pero muy capaces en otras. Por último, hay una película de Perú, que trata sobre 300 mil personas que fueron esterilizadas, en gran medida y en muchos casos en contra de su voluntad, para limitar los límites de pobreza en el país. Hace unos 20 años hubo una campaña bastante perversa del gobierno peruano para esterilizar a muchas personas.
-Lo constructivo de todo esto es que estas cosas se sepan, que se vean a través del arte, para poder entender y empatizar con ellas
– Exactamente, el lema del encuentro fue: “Si no se ve, no se cambia”. Y justamente si esta información dura uno la reviste de un marco artístico, bello, poético, llega muy rápidamente al corazón, y al abrir el corazón, conecta con la mente, y el cambio se produce de una manera mucho más efectiva.
-Qué tienen en común las personas que dedican su tiempo a hacer este cine.
-Creo que son personas que se comprometen en una reflexión sobre la construcción de un mundo mejor. De un mundo más justo, más solidario, en donde se toma en cuenta al otro como si fuera parte de uno mismo. Porque somos todos parte de una misma realidad, estamos en el mismo barco…