MALLÍN AHOGADO (El Bolsón). Familias enteras han decidido reunirse y accionar contra el Estado para proteger el agua: sin dudarlo, los habitantes de El Bolsón buscan que este recurso esté disponible para las futuras generaciones y se unen para dar respuesta activa y negar la licencia social que toda empresa moderna necesita para poder trabajar.
Desde hace casi 12 años, los vecinos de El Bolsón, provincia de Río Negro, vienen diciendo que no a las distintas propuestas del empresario inglés Joe Lewis. La primera fue en 2005: la idea era construir un aeropuerto en La Pampa de Ludden con «muchos beneficios» para los pobladores. La segunda, en 2009, y casi el 80 por ciento de los consultados dijeron «no» a otra versión de la misma propuesta. Con 2010 llegó otra novedad: la adjudicación por 30 años a Laderas SA («la empresa del inglés», le llaman los pobladores) del desarrollo del centro de ski Perito Moreno, que venía de la mano con el compromiso de desarrollar un área turística con hoteles y barrio cerrado, pero esta vez el Concejo Deliberante lo aprobó.
Lo que está en juego es la seguridad hídrica de esta zona rural. Hasta ahora caracterizada por chacras alejadas entre sí, el paisaje podría cambiar para incluir más de 1000 lotes en este predio en conflicto de 850 hectáreas que está protegido como reserva municipal, provincial e internacional.
De lo que se habla cuando se pone en riesgo un recurso natural hídrico es de la supervivencia misma de las comunidades rurales y de sus habitantes, y las personas que viven en el lugar son por eso la voz experta que advierte del riesgo.
En este caso concreto, apelando al criterio de no innovar y de preservación, la comunidad, movilizada por el conocimiento de la zona alineada con los principios de las nuevas economías e innovación social, decidió no otorgar la licencia social a nuevos emprendimientos que comprometan la sustentabilidad de la región.
La democracia tiene que ver con el gobierno de todos y se cristaliza cuando la demos habla y los representantes escuchan. Pero esto no siempre es cómodo, aunque cada vez más moderno y necesario.