A propósito de celebrarse el Día del Niño, NOTICIAS POSITIVAS invitó al estudio de Radio Palermo a la directora editorial de la literatura infantil y juvenil para Argentina y Chile de editorial Norma-Kapelusz, Laura Leibiker.
N+: -La literatura infantil y juvenil argentina está pasando por un momento interesantísimo para investigar.
LB: -Hay un boom, si se puede decir así porque ya lleva mucho tiempo, de escritores de muchísima calidad, que hacen sus obras explorando distintos formatos y temas, sin miedos, sin prejuicios. Y la ilustración ha crecido también, gráficamente los libros son cada vez más atractivos. Aquí hay también muchos ilustradores -Isol, Poly Bernatene, etc.-que además están escribiendo, son escritores que ilustran.
Pero también hay otro montón de publicaciones que para mí no están tan bien, que aprovechan el momento, y que a los padres les complica elegir. No terminan de consolidar una historia (no hablemos de las erratas), el producto final no está cuidado.
-Ahora, Norma-Kapelusz trae dos éxitos editoriales con ropaje nuevo, ¿verdad?
-Efectivamente. La oscuridad de los colores, de Martín Blasco, una historia ambientada en 1910, en el año del Centenario, que no es solamente para jóvenes lectores.
-Y cuya historia es de una actualidad demoledora.
-Como estábamos pensando el rediseño para algunos títulos de la colección Zona Libre, y la Cámara Argentina de Libro nos dio el premio al Libro Juvenil Mejor Editado, fue un empujón enorme. En el jurado estaban Leandro De Sagastizábal, Alicia Salvi y otros grandes nombres.
Muchas de las obras de Zona Libre, que es una colección de muchos años, ya, merecían salirse del rango de Lectores Juveniles. A veces es difícil que un adulto se acerque a estos libros. Los grandes lectores atraviesan las categorías, pero nosotros tenemos que pensar en todos los lectores. Que cuando se acerquen a un libro en una librería el libro les hable, los llame. Buscamos entonces un diseño más jugado, relacionado con el arte de tapa, pero también con algo lúdico.
-Casi como un arte de magia.
-Trabajamos con una ilustradora que además es calígrafa, que le dio al libro un valor extra. El libro es una caja cerrada, que se va abriendo de a poco. Cada uno de los personajes -cinco niños con nombres de colores- es una pestaña.
-Es frecuente que en estos libros, la historia esté planteada como una investigación periodística.
-Son muchos los autores -Andrea Ferrari, Eduardo González, Pablo de Santis, Osvaldo Aguirre- que toman el personaje del periodista de investigación o de Policiales, como una llave de apertura hacia el policial negro.
-Siempre hay un periodista joven que aprende de sus mayores.
-En cuanto al otro libro, Los ojos del perro siberiano, de Antonio Santa Ana, hace 18 años de su publicación, con más de 500.000 ejemplares vendidos. Esta es una versión enriquecida desde el diseño, que invita a volver a leerlo. Desde la tapa y en el interior hay un trabajo fantástico. Y como es un texto que todos los lectores subrayan, hay mucho blanco ahora, con textos escritos a mano por el diseñador, sin repetir el texto, haciendo foco en algunas instancias, con la letra del chico que escribe con birome mientras el profesor habla.
Este es un clásico del juvenil argentino, con un tema como el sida. Pero en realidad, no es de la enfermedad de lo que se trata, sino de los secretos familiares. Ahora que lo he vuelto a leer, reviso el modo en que uno habla frente a sus hijos y las conclusiones que ellos sacan.
-Lo que se aprende en la literatura no se aprende en otros textos.
-Uno aprende lo que está bien, lo que está mal, porque la literatura te enseña sobre la vida.
