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La juventud ha sido, es y será siempre motor de cambio, de novedad. Por eso, NOTICIAS POSITIVAS elige destacar las iniciativas que miles de jóvenes llevan adelante para modificar la realidad. Pero la juventud es, también, objeto de estudio. Hugo Biagini es filósofo y escritor, investigador principal del CONICET y autor del libro La contracultura juvenil. De la emancipación a los indignados, y estuvo en el estudio de Radio Palermo para compartir sus reflexiones.


Biagini explica que su libro “no es sobre las juventudes como tal, sino sobre el credo en torno a la juventud, el papel que puede tener el joven siempre ligado a movimientos estudiantiles, vinculado a las utopías. La imagen es la de un joven que cabalga hacia un destino aún no descubierto, que no busca las jerarquías sino los grandes valores del hombre como son la libertad, la justicia, aquellos valores consagrados en la Revolución Francesa.
Este libro está fuertemente vinculado con los jóvenes de América Latina, “ya que, en última instancia, es el Nuevo Mundo, es el continente de la esperanza más allá de las dictaduras sufridas. Es un crisol de identidades”.
En este sentido, un caso interesante para destacar es el de la generación del 98, “una generación de jóvenes en el modernismo que fue el primer movimiento original latinoamericano que trasciende nuestras fronteras y llega a España. En ese momento surge la idea del joven como obrero interior al que le asignan las misiones más impresionantes para el desarrollo, para la ciencia, y así se le cargan las espaldas con la idea de revolucionar el mundo”.
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Biagini destacó que son los jóvenes quienes históricamente pueden “romper con los condicionamientos histórico-sociales y atravesar su propia clase social; hay muchos jóvenes trabajando en las villas y muchos que están comprometidos hasta dar su vida en causas que suponen un grado de nobleza y equidad”.
El autor de La contracultura juvenil destacó que, por ejemplo, en 1908, en Montevideo se desarrolló el Primer Congreso Americano de Estudiantes y se proclamó la rebeldía como «el principio cósmico por excelencia, que explica todos los fenómenos por encima de la razón”.
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[alert type=»green»]»Pese a todas las limitaciones que padecen, son justamente las nuevas generaciones, vaciadas de grandes expectativas por la modernización cosmética, quienes siguen batallando por las reivindicaciones sociales», señala Biagini en su libro.[/alert]
En las masivas manifestaciones que se desarrollan en el denominado primer mundo, se encuentran algunas divergencias con las grandes movilizaciones de la década del 60. “En esa época, la juventud salía a la calle a pelear con sectores de la izquierda; ahora, por ejemplo, se aglutinan las distintas generaciones en la calle, pero los partidos políticos no tiene esa presencia. El pueblo no tiene voz ni voto, sale a la calle pero no son escuchados y reclaman por una democracia real. En este sentido, se vislumbra el pensamiento alternativo que es no aceptar algo porque se piensa que no es viable”.
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