Ya sea por necesidad, por conveniencia o por convicción, lo cierto es que el mundo empieza a mostrar el afianzamiento de la puesta en marcha del concepto “cambio de paradigma”. Quizá la lucha contra el cambio climático, un fenómeno que iguala a las sociedades en la búsqueda de soluciones rápidas y eficaces para enfrentarlo y solucionarlo, ha precipitado los cambios que desde mediados del siglo pasado se reclamaban al principio tímidamente y al final de manera cada vez más clara.
Desde NOTICIAS POSITIVAS vemos, en nuestro trabajo diario, cómo esto que enunciamos se va perfilando cada vez más claramente. En el ámbito empresario, particularmente el local, se puede destacar el hecho de que haya al menos dos presentaciones ante la Cámara de Diputados sobre la legalización de las empresas B o de aquellas que contemplan la inserción empresaria en las comunidades de una manera más responsable y solidaria, no solamente en busca del provecho económico.
Con respecto a los emprendimientos personales o del ámbito de las asociaciones de la sociedad civil, como es el caso de Solar Inti, una de las notas de esta semana pasada, revelan que hay aspectos que pueden ser encarados individualmente o por grupos pequeños –más dispuestos muchas veces para aceptar desafíos que requieren un gran involucramiento personal y conocimientos de vanguardia– a favor de los sectores más olvidados, pero que necesariamente también deben contar con el apoyo del Estado para llegar a un buen puerto definitivo.
Los grandes cambios están hechos de muchos pequeños detalles. Esos pequeños detalles a los que deberemos estar cada vez más atentos, porque de ellos participamos todos.