Todo comenzó con un sueño de la ONG Proyectar impulsado por Carolina Casares, su directora ejecutiva. Nada fue sencillo en estos últimos siete meses: se comenzó haciendo un gran estudio de situación, posibilidades e impacto. Luego siguió lo más difícil: construir confianza entre los vecinos y la ONG Proyectar , e identificar a los líderes de La Garrote, porque sin su compromiso nada hubiera sido posible.
Ellos son los carreros, personas que circulan con su carro tirado por caballos buscando basura para encontrar tesoros que van desde alimentos hasta ropa, y hasta todo lo que pueda reconvertirse en algo más que les sea de utilidad.
La tremenda contaminación sobre la que viven es responsabilidad de todos. Sí, de todos: gobiernos y empresas no han logrado aún superar sus diferencias e intereses para abrir los ojos a esta realidad injusta que, aunque se mire para otro lado, no solo está presente, sino que es una muestra de lo que va a seguir sucediendo y aumentando si no se toman medidas urgentes.
Proyectar logró lo que otros no lograban: unir y generar vínculos positivos que se traducen en acciones y logros. Hoy existe un centro de acopio limpio en donde hasta hace muy poco había basura e indiferencia.
Hoy existe confianza y esperanza en donde no había más que desilusión y enojo.
Las 13 hectáreas de La Garrote ubicadas en el sureste del Partido de Tigre eran «tierra de nadie», el cartel que indica «Estado Presente» en un contáiner es solamente un espacio para facilitar los trámites de documentación, nada relacionado con salud ni educación: en eso, el Estado está ausente. Allí no se pude ingresar sin un vecino que acompañe a pesar de estar la Gendarmería prácticamente en la puerta. Sin embargo, una porción de esas hectáreas son hoy un faro de esperanza, porque la empatía humana de Carolina Casares, Eduardo Regondi y todo el equipo de Proyectar lograron verlos y que ellos mismos se vieran.
Todo eso simboliza el galpón construido con sus propias manos (hasta cavaron los cimientos a mano desnuda por carecer de herramientas), con lluvia, calor o frío. Aprendiendo que «sí, se puede», negociando entre ellos y descubriendo que al final pueden y merecen tener derecho a una vida mejor y a un barrio limpio.
Educar para un barrio limpio
Los vecinos hoy están aprendiendo sobre manejo de residuos, conociendo el verdadero impacto que tiene el lugar en el que viven sobre su salud y las de sus familiares.
«Hoy por hoy, tenemos construida una planta de acopio primario en un lugar que era un basural y en donde ellos acopiaban la basura que recogían con el carro. Y lo hicieron ellos mismos. La inauguración formal de este espacio es el inicio de un programa de retiro de residuos del resto de La Garrote hacia el galpón para su procesamiento», dice Carolina Casares, líder del proyecto Barrio Limpio.
El objetivo del Proyecto Barrio Limpio es que los vecinos, organizados en cooperativas, se transformen en trabajadores activos cobrando 10 pesos por cada kilo de basura que recogen, y que los carreros se transformen en Promotores Ambientales que aseguren la correcta separación en origen y posterior ubicación de los residuos
Trabajar en equipo
La ONG Proyectar trabaja con datos duros y no deja espacio para la improvisación. Una alianza con la carrera de Trabajo Social de la UBA y el Colegio de Psicólogos de Buenos Aires acompaña a la hora del relevamiento diagnóstico y del diseño de la estrategia. Si bien el estado de situación se ve a simple vista, «es necesario profesionalizar cada paso y estar seguros a la hora de elaborar propuestas: esta gente es muy vulnerable y no hay tiempo que perder en improvisar», explica Carolina Casares.
Hecho y por hacer
- Durante el verano se dieron los primeros pasos en el armado de la cooperativa y el acondicionamiento del predio (sobre el terreno particular de uno de los carreros)
- Aproximadamente en cinco meses se construyó la planta que se inaugura oficialmente este 25 de Mayo
- Entre otras necesidades identificadas, están las de conseguir un vehículo para poder completar el circuito de reciclaje que tienen programado
- El gran objetivo es que 900 familias de La Garrote se comprometan a separar en origen y transformar la villa en un Barrio Limpio
- El sueño: replicar el modelo en otros asentamientos y villas de la cuenta del Reconquista, que ostenta el triste galardón de ser la segunda más contaminada luego del Riachuelo