MADRID.- Distintas organizaciones llegadas de diferentes partes del Estado español se reunieron durante el fin de semana para trabajar algunos de los temas que el ecofeminismo aborda: economía, salud, arte, alimentación, teoría del decrecimiento o condiciones socioeconómicas para una alternativa a la crisis bajo criterios de sostenibilidad, equidad y justicia.
La representante de Ecologistas en Acción (EA) aseguró que la sociedad occidental se sostiene sobre «un mito fundacional que presupone que las personas podemos vivir emancipadas de la naturaleza, de las otras personas e incluso de nuestros propios cuerpos. Pero esa ficción solo puede sostenerse ocultando y minusvalorando las aportaciones que sostienen la vida”.
Durante su exposición, la antropóloga expuso su principal tesis: que la sociedad ponga a la vida en el centro. Ello pasaría por «revertir las prioridades de los sistemas económicos, políticos y culturales para para organizar la vida y los tiempos de modo que se asuman modelos más austeros en lo material y corresponsables entre hombres, mujeres e instituciones en el cuidado de la vida”, ha advertido.
Para que la sociedad ponga a la vida en el centro hay revertir las prioridades de los sistemas económicos, políticos y culturales y organizar la vida y los tiempos de modo que se asuman modelos más austeros en lo material y corresponsables
Por su parte, la economista Amaia Pérez Orozco se centró en el análisis económico del modelo de desarrollo y el de aquel modelo al que se debería dirigir la sociedad. “Estamos en transición, pero ¿hacia dónde? Si queremos transitar hacia unas sociedades que pongan en buen convivir de todo el mundo, necesitamos mirar desde la vida que hoy está siendo atacada para poder desmontar una economía voraz y desmontar el género que todavía genera muchas desigualdades”, expresó.
La primera mesa redonda se cerró con la participación de dos integrantes del colectivo Decrecimiento y Buen Vivir, quienes expusieron las bases del decrecimiento como una corriente de pensamiento que aboga por abandonar el mito del crecimiento ilimitado y que puesta por transformar el rol que las mujeres juegan en él.
Otro de los temas de interés de estas jornadas fue la salud desde una perspectiva de género. Mar R. Gimena, de la Red CAPS (Centro de Análisis y Programas Sanitarios de Barcelona) y María Garrido, responsable del área de Ecofeminismo de Ecologistas en Acción, dieron una charla-taller sobre la medicalización de las mujeres. Para estas médicas, la salud de las personas es el resultado de muchos condicionantes sociales, medioambientales, culturales, físicos, laborales y psicológicos. Sin embargo, nuestro sistema biomédico muchas veces reduce la atención sanitaria a los síntomas específicos y se generan desigualdades entre mujeres y hombres en el trato, la investigación, diagnóstico tratamiento de múltiples enfermedades.
El encuentro no sólo se alimentó de discursos teóricos. La Finca El Batán, un espacio gestionado por la Asociación Garaldea, se convirtió durante dos días en un lugar de encuentro de diferentes personas y colectivos que trabajan desde postulados ecofeministas. La alimentación, la organización de los trabajos de cuidados, la movilidad y el urbanismo, o la práctica laboral en modelos de economía social y solidaria son prácticas que se pusieron en común en el encuentro.
El ecofeminismo es una corriente política que nació en la década de los 70 y que une los paradigmas del ecologismo social con los del feminismo. Durante los últimos años se ha erigido como un discurso económico, político y social riguroso con el que dar respuesta a nuestro modelo de desarrollo actual, a todas luces insostenible desde el plano medioambiental y humano. Para Guilermina Malo de Molina, portavoz de Ecologistas en Acción, «las jornadas han supuesto un paso más en la búsqueda de este otro modelo posible que garantice no sólo la sostenibilidad ambiental sino también la equidad entre mujeres y hombres».