SEVILLA.– La Organización Mundial de la Salud tiene, desde 2007, un programa en el que insta a las ciudades del mundo a convertirse en lugares vivibles y amables con las personas mayores. Es una acción pionera para concienciar a los gobernantes de la necesidad de no expulsar a las personas de más edad de los espacios públicos, y en el proyecto establece estándares mínimos para que las urbes que se apunten a la red trabajen para ser consideradas Ciudades Amigables con los Mayores .
Con este programa, Age Friendly Cities, la OMS ha creado una red en la que se inscriben ciudades decididas a convertirse en lugares facilitadores del envejecimiento activo y seguro, para lo cual tienen que comprometerse a políticas públicas de acción en favor de la accesibilidad universal y para reconvertir sus entornos garantizando la accesibilidad y la seguridad.
En España es el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (más conocido como Imserso) el que recoge estas directrices y se asocia como colaborador de la OMS para implementar la red de ciudades amigables en el país. Para ello ha creado, en 2011, un programa de apoyo en el que ofrece asesoramiento técnico y motivacional a los ayuntamientos para mejorar sus hábitats en favor de sus ciudadanos mayores. No sin olvidarnos de que quien favorece a los mayores también favorece a las personas con capacidades diferentes, a las personas con alguna incapacidad temporal, o a los niños.
A través de este programa, el Imserso insta a los municipios españoles a convertirse en ciudades amigables con los mayores promoviendo servicios, estructuras y políticas públicas que brinden a sus ciudadanos el derecho a envejecer dignamente en el entorno público.
Los ayuntamientos dispuestos a participar en esta red se comprometen a realizar cambios y a ir construyendo una ciudad amable para el futuro en función de propuestas hechas por grupos participativos de sus ciudadanos mayores. Promueve las siguientes áreas de intervención: espacios al aire libre y edificios; transporte; vivienda; respeto e inclusión social; participación social; comunicación e información; trabajo y participación ciudadana, y servicios sociales y de la salud
Así es que una de las obligaciones fundamentales de las ciudades que se adhieren es el compromiso a formar foros de personas mayores que participen con sus propuestas y visiones sobre las áreas en que ellos se siente más inseguros o poco “mimados” por las ciudades.
En todas las ciudades que están en la red, los aspectos que más se trabajan son los atinentes a la seguridad en los que entraría la iluminación, los ruidos, la protección policial. Un área importante es el de la adaptación y la eliminación de barreras en los bordillos de las veredas, en los accesos a los establecimientos públicos y comercios y/o bares.
El transporte público es también un factor determinante. Los grupos participativos reclaman concienciación en los conductores para tratar bien a los mayores, rampas de acceso, y ascensores en los transportes subterráneos. Hay ciudades, o regiones que van más allá, como es el caso del País Vasco, que ha implementado una red de comercios amigables con los mayores, estipulando una serie de parámetros como la señalización, la música, el acceso y la amabilidad del personal para obtener ese sello de calidad.
La adhesión a la red de la OMS
Al adherirse, las ciudades plantean en primer lugar una carta de solicitud de adhesión. Luego hacen un balance de su situación real frente a los parámetros que plantea la OMS, luego plantean un plan de acción que no tendrá fase temporal, pero que es una declaración de intenciones. Finalmente se ejecuta una evaluación a la que casi ninguna ciudad ha llegado de momento.
Si miramos el mapa de ciudades que se han sumado a la red, vemos claramente que la mayor densidad está en países desarrollados. En América Latina son muy pocas todavía, y en la Argentina se han adscripto al plan solamente Buenos Aires, La Plata, Vicente López, y Maipú en la provincia de Mendoza.


Precisamente para promover y difundir en América Latina este plan de políticas activas para favorecer entornos para el envejecimiento activo y , el IMSERSO organiza esta semana en Madrid la I Conferencia Hispana de ciudades amigables con los mayores , en la que con un extenso programa de tres días apunta a ser mediadora y motivadora en ciudades de Hispanoamérica.
Este encuentro es el primero de una serie de actividades que se realizarán entre este año y el próximo, para estimular al continente americano a comprometerse con este plan. Está dirigido a técnicos cualificados, mandos intermedios, expertos y equivalentes, responsables de la planificación, gestión y financiación de servicios sociales para personas mayores en instituciones públicas y privadas del ámbito local.