Quienes adhieren a la idea de preservar el planeta y a sus habitantes saben que no hay nada mejor que incorporar dichos conceptos desde pequeños. Por eso muchas mamás, al nacer sus hijos, buscan prendas que los abriguen y también integren su visión ecológica, como una manera de empezar a transmitirles su ideología. Algo de esto les sucedió a Ileana Lacabanne , que con el alumbramiento de sus bebés vieron cómo las ideas que tenían se iban concretando gracias a su trabajo de investigación. Ellas fundaron Chunchino Eco-Bebé, que en palabras de sus creadoras es “ecodiseño de indumentaria para bebés y regalos de nacimiento sustentables”.
“Trabajamos por lograr un ciclo de producción sustentable que contemple el impacto social y ambiental del proyecto. Al mismo tiempo ofrecemos un producto suave y seguro para la piel del bebé. Es el resultado de la unión entre diseño, algodón orgánico, botones de coco, bambú, cartón y gente con ganas de trabajar por hacer las cosas bien. Sin impacto ambiental, libre de trabajo esclavo, libre de trabajo infantil, integrando y promoviendo el consumo responable. En resumen, hacer lo mejor es simple”, explica de forma sencilla y contundente Lacabanne.
Camino por seguir
¿Cómo surgió la idea de Chunchino? Ileana se remonta en el tiempo y cuenta: “Tener a mi hijo me decidió a hacerlo y me dio también la idea del producto, aunque ya tenía desde antes ganas de hacer algo nuevo, pero sin forma ni rubro. Yo vengo del diseño gráfico, no de indumentaria, pero investigando el ecodiseño di con esta materia prima, el algodón orgánico, tan noble que fue la que me decidió a meterme en este rubro.
“Encontré que desde el proyecto podía dar solución a muchas cosas que me preocupaban desde hacía mucho, pero pensar en mi bebé me hizo pasar a la acción. Mis preocupaciones eran mi hijo, cómo cuidarlo, darle un buen ejemplo y tratar de mejorar aunque sea con un mínimo aporte el mundo en el que va a crecer. Tanta desigualdad, contaminación, y tantos otros flagelos que estamos sufriendo dan miedo, pero la realidad es que oigo muchas voces quejarse y muchas otras decir que están haciendo lo que se puede y pocas dispuestas a cambiar las cosas. Entonces me creí el imposible de que una persona con una idea puede cambiar las cosas y decidí emprender con la empresa sustentable de cero, con un producto que entrega cuidados, valores y promueve una nueva forma de consumir, de hacer negocios y de vivir”.
La colección de la firma tiene un diseño que continúa la línea de pensamiento de sus creadoras. Con tonos naturales y unos toques de opacos (verdes, terracotas y azules) que provocan contrastes, se pueden encontrar desde batitas, ositos hasta delicados vestiditos.
El packaging también fue analizado. Es por eso que todos los modelos son sustentables. La ropa es entregada en cajas de cartón corrugado elaboradas por redActivos, un proyecto de la ONG La Usina, que trabaja con talleres integrados.
También tienen envases de caña guadua chacoensis, una especie de caña de bambú nativa de la Argentina, cosechada en cañaverales en los que se hace el cultivo de manera orgánica y sustentable, con programados sistemáticamente, para permitir que la planta logre mayor cantidad de brotes durante su vida (30 años). Luego de la cosecha, las cañas son tratadas con agentes químicos inocuos para la naturaleza y el ser humano para evitar que sea atacada por insectos xilófagos.
Tanto Ileana como Mercedes no dudan en asegurar que el valor agregado de su marca es el proceso de producción sustentable que han logrado, algo que muchos emprendedores consideran casi una utopía. Lo cierto es que ellas, con este ejemplo, dejan en claro que los imposibles no existen cuando las metas son claras.
+ INFO: http://chunchino.wordpress.com