Este jueves 12 de agosto se fue uno de los periodistas más grandes de la Argentina. Maestro de muchas generaciones, Bartolomé de Vedia dedicó más de cincuenta años de su vida a una profesión en la que ocupó todas las categorías –fue cronista, redactor, jefe de sección, enviado especial, columnista y, finalmente, jefe de editoriales, todo en el diario La Nación de la ciudad de Buenos Aires– y descolló en todas.
Brillante, lúcido y con una gran capacidad de comprensión y de ternura para entender las situaciones y las personas, fue esencialmente un hombre ético, y eso fue lo que enseñó a los que se formaron viéndolo trabajar y tratando de seguir su ejemplo.
Hoy, que el periodismo y los periodistas son tan criticados (a veces con fundamento), tener presente el recuerdo de Bartolomé de Vedia ayuda a continuar con su tarea a los que creen que se puede ser independiente, que se puede trabajar en medios privados conservando esa independencia, y que al mismo tiempo se puede ser coherente. Con sus notas, De Vedia exaltó los valores de la familia y de la comunidad argentinas, y los de la libertad de prensa y la libertad de expresión. Por eso, este homenaje a un maestro y a un profesional inolvidable.