Cada año, la comunidad global de Empresas B se reúne en el Champions Retreat: un encuentro de tres días en el que se comparten experiencias globales, escuchando a líderes mundiales de la comunidad y viviendo al máximo el espíritu del movimiento B. Este año, el encuentro iba a realizarse en Carolina del Norte, Estados Unidos, pero ocurrió algo casi impensado para la época en que vivimos: a fines de marzo de este año, el Poder Legislativo del Estado de Carolina del Norte aprobó la controvertida ley “HB2” (oficialmente, Ley de Privacidad y Seguridad en Instalaciones Públicas).
Todo comenzó a principio de año, cuando la ciudad de Charlotte, la segunda más grande en el Estado y una de las ciudades de mayor crecimiento en el país en los últimos años, aprobó una ordenanza local en la que amplió las protecciones a miembros de la comunidad LGBT en lo relativo a sus derechos laborales y en espacios públicos, incluidos los baños. La respuesta del poder legislativo estatal no tardó en llegar, plasmada en la llamada “Ley de Privacidad y Seguridad en Instalaciones Públicas” (HB2). La polémica normativa civil, disfrazada de ley de salud pública, esconde un objetivo netamente discriminatorio para los miembros de la comunidad LGBT, pues obliga a las personas transexuales a utilizar los baños “según el sexo que figura en su certificado de nacimiento”. Sin embargo, y lamentablemente, el pretendido «tecnicismo» no es el único ítem retrógrado que surge de la ley: los legisladores de Carolina del Norte creyeron necesario además derogar las protecciones civiles y laborales que existían en el Estado, ya que a partir de ahora todas las demandas laborales en lo relativo a discriminación tendrán que tramitarse mediante la justicia federal. Esto implica procesos más largos y costosos para los trabajadores, y por ende una mayor desprotección a sus derechos.
Las críticas hacia la nueva legislación se hicieron sentir, tanto a nivel local como internacional. Muchas empresas decidieron dejar de invertir o cambiar sus planes de inversión en el Estado, y varios reconocidos artistas nacionales e internacionales cancelaron presentaciones en Carolina del Norte en repudio a la HB2. Presionado por las críticas en contra, el gobernador de Carolina del Norte, Pat McCoy, se vio obligado a cambiar la legislación, modificando algunos puntos de la HB2. Así, dio un paso atrás en la prohibición a gobiernos municipales de establecer sus propias normativas acerca de la discriminación laboral, y se volvió a permitir que los trabajadores que quieran demandar a sus empleadores por estos temas puedan hacerlo a través de cortes estatales. Permitió también que el sector privado establezca sus propias políticas en cuando al uso de sus baños. Sin embargo, la obligación sigue vigente para los establecimientos estatales.
A raíz de las nuevas políticas discriminatorias implementadas por el Estado de Carolina del Norte, B Corps tomó la decisión de mudar el encuentro anual de empresas B, alejándolo de “un lugar poco amigable para la comunidad LGBT y aquellos que nos preocupamos por ellos”.
Filadelfia se convirtió en la ciudad elegida para el encuentro. Además, B Corps entregó una gacetilla de prensa a los grandes medios regionales y nacionales en la que manifestó su repudio a la polémica ley; ayudó a crear una página web en la que empresas del Estado y de todo el mundo pueden adherir su firma en repudio a la normativa, y está promoviendo la firma de petitorios por parte de CEO de distintas empresas del Estado para ser presentados ante el poder legislativo estatal.
En definitiva, a pesar de la mala noticia al comienzo de esta nota, la noticia positiva es que hoy la sociedad civil y las Empresas B están en dónde deben estar: presionando al poder político para que corrija su error.
+INFO: web de B Corps: www.bcorporation.net (en inglés) // Petitorio: startups-against-hb2.com (en inglés)