MADRID.- El 7º Congreso Internacional de Slow Food se celebrará en Chengdu (China) desde el 29 de septiembre hasta el 1º de octubre. El evento reunirá a numerosos delegados representando a todo el mundo: un total de 400 activistas de la alimentación, procedentes de 90 países.
El Congreso Internacional es un momento clave en la vida del movimiento Slow Food que ratifica su actividad en asuntos de política, estrategia, visión y organización a nivel internacional, nacional, regional y local.
Entre los temas centrales se encuentra el desafío del cambio climático: Slow Food ha señalado que la agricultura y la producción alimentaria representan una de las causas principales del cambio climático, aunque también podrían convertirse en una de las soluciones. China es un país de relevancia crucial para el sistema alimentario mundial y puede desempeñar un papel decisivo en este cambio global.
La decisión de los directivos de Slow Food de celebrar el 71º Congreso Internacional en China es una decisión estratégica y supone un hito de gran importancia. Desde 1989, la fecha de nacimiento de Slow Food como asociación internacional, el movimiento se ha convertido en una organización de la alimentación global que incluye a millones de personas en más de 160 países que trabajan para garantizar que todo el mundo tenga acceso a una comida buena, limpia y justa.
La red de Slow Food en China trabaja desde 2015 en varios proyectos destinados a conservar la biodiversidad alimentaria y a proteger la gran variedad de paisajes y hábitats que caracterizan el país.
«Gracias a la experiencia de las Comunidades del Alimento de todo el mundo que protegen la resiliencia de sus territorios locales y buscan un bienestar armonioso y justo, Slow Food puede hacer una modesta contribución destacando posibles caminos a seguir», comenta Carlo Petrini, fundador y presidente de Slow Food.
«Esta es la razón por la que, en Chengdu, debemos hablar sobre el clima, la biodiversidad y la nueva economía y debemos presentar nuestros proyectos más nobles y ambiciosos para encontrar soluciones adecuadas para los lugares apropiados en el momento idóneo. Asimismo, deberemos pensar de nuevo qué papel tenemos en este mundo en constante cambio en el que queremos y debemos ser los pioneros. Porque la alimentación es aquello que nos permite vivir y encontrarnos con los demás, es nuestra identidad y nuestra ventana al mundo», sostiene Petrini.
El Congreso Internacional de Slow Food está certificado como evento neutral en carbono gracias a la contribución de SouthPole Group, una empresa internacional especializada en reducir los gases de efecto invernadero y en una gran variedad de soluciones sostenibles para organizaciones públicas y privadas. SouthPole Group compensará la huella de carbono generada por el congreso, vuelos incluidos, a través de su proyecto de la pequeña central hidroeléctrica de Huóshui.
El Congreso Internacional de Slow Food ha sido posible gracias al apoyo de los siguientes socios: Autogrill, Colussi, Di Martino, Eataly, Lavazza y Rivetti. Socio legal: BLB Studio Legale.