Fue una aventura, pero también la manera que David Rothschild, famoso por pertenecer a una millonaria familia de banqueros, encontró para denunciar la contaminación que a diario altera las aguas de los océanos, y cómo esto repercute en el planeta, la flora y la fauna.
Para crear conciencia y demostrar cuánto es posible lograr con el reciclado, este intrépido personaje mandó a construir un velero realizado con 12.500 botellas de plástico. Esta embarcación, bautizada Plastiki, logró viajar desde San Francisco, los Estados Unidos, hasta Sidney, Australia.
Fueron 125 días de navegación en los que se recorrieron 18.500 kilómetros.
Durante ese tiempo, la tripulación, compuesta por cinco personas que siguieron a Rothschild, se dedicó a documentar la contaminación planetaria, como las grandes manchas de desechos flotantes del océano (la cantidad de objetos plásticos que se reúnen en ese punto del Pacífico), los efectos de los ensayos nucleares en el atolón de Bikini o las consecuencias del cambio climático.
Aporte
Para poder dar forma al proyecto y que Plastiki (por la famosa Kontiki, de Thor Heyerdah) fuera una embarcación segura, el grupo de investigadores desarrolló un nuevo material llamado seretex, hecho de monopolímero reforzado totalmente reciclable. Además, los restos de las botellas se unieron con una cola orgánica hecha a base de anacardos y caña de azúcar.
«Nos han dicho que el plástico es barato, que no tiene valor, que no es tóxico, que es fácil de usar, que lo podemos tirar porque podemos hacer más. Pero la realidad es que no es barato, es tóxico, tiene valor y utiliza muchos recursos», dijo Rothschild, que considera que estas nuevas sustancias no sólo tienen aplicación en el mercado productivo, sino que se demuestra una vez más que el plástico puede tener vida después de su uso inicial.
«Es necesario diseminar un mensaje positivo. Cuando se habla de medio ambiente se habla únicamente de energía, pero son conceptos etéreos. El plástico tiene un enorme impacto en la naturaleza», aseguró Rothschild, en una entrevista.
Las imágenes de la travesía se verán en un documental que transmitirá National Geographic. Además, el Plastiki quedará amarrado frente al Museo Marítimo de Sydney durante un mes y medio para que pueda ser observado. Durante ese tiempo, su capitán dará conferencias contando la experiencia y su motivación para realizarla.
+ INFO: www.theplastiki.com