lunes 11 de septiembre de 2017
En el Día del Maestro, una escuela albergue de montaña va por su tercera vida
Con 75 estudiantes y ex alumnos presentes, Ford Argentina y sus concesionarios inauguraron las obras de remodelación de la Escuela Albergue Provincial N° 89 “Álvarez Condarco”, en San Juan

Con el fondo de la cordillera y el entorno de los álamos, al costado de río Castaño, la Escuela Albergue «Teniente Alvarez Condarco» de Villa Nueva, San Juan, se constituye como el centro de la comunidad. En esta escuela de montaña pernoctan 20 alumnos de lunes a viernes que por la distancia a la que viven deben permanecer allí; a ella se acercan los vecinos para lograr mejor señal de Wi-Fi (tan difícil en esta zona de montañas); en ella se hacen presentaciones y actos cívicos, más allá de los escolares.
La escuela es el corazón de Villa Nueva, y NOTICIAS POSITIVAS pudo ser testigo de la enorme fiesta de reinauguración a la que concurrieron ex alumnos como don Francisco Vedia, que curso hace 80 años, o la doctora Roxana Espin, jueza de paz, encargada de representarlos en un discurso. “Mi abuela, que hoy tiene 88 años, vino a esta escuela. Mi mamá también lo hizo. Mi papá fue profesor aquí”, dijo.
Ford Argentina y sus concesionarios inauguraron las obras de remodelación de la Escuela Provincial N° 89 “Álvarez Condarco”, continuando con su Programa “Educación para un Nuevo Mañana”, llevado adelante desde el año 2002. Si bien el establecimiento cumple 100 años, aquella vieja estructura no resistió el paso del tiempo y fue reconstruida por la empresa automovilística en 1971, como parte un programa anterior que levantó 41 edificios educativos (ver https://noticiaspositivas.org/23142-2). En estos días fue reinaugurada con una remodelación a fondo, necesaria después de casi 50 años.
Como festejo por el Día del Maestro y de los 100 años de la escuela, los docentes de la institución recibieron por un lado la buena noticia de que contarán con la jornada completa para sus estudiantes, y por el otro, la conclusión de las reformas edilicias que tanto esperaban, que además, son amigables con el medio ambiente.
“Hemos remodelado 25 escuelas de las 41 que construyó Ford Argentina. Esta es la vigésimoquinta y tiene la particularidad de que es albergue, tiene vivienda para los alumnos. La funcionalidad que se le aplicó tiene que ver con esto”, señala el director de obra, Eduardo Berenguel. “Además, es el centro de la comunidad. No hay otra cosa que viviendas y esta escuela. Por eso nos orientamos para cumplir con esa función: hemos construido un patio techado para realizar todo tipo de actos que tienen que ver con la vida escolar pero también con actividades cívicas de la comunidad”. Se reaprovechó la superficie con muy poca ampliación y se le agregaron dos aulas, un nuevo comedor y una cocina altamente equipada, un nuevo espacio para el jardín de infantes y se convirtió el anterior en una sala de extracción apícola.
Esta escuela albergue, con 75 alumnos en total y 20 estables, tiene una característica y es que cuando los chicos abandonan sus actividades diarias, se bañan en el mismo momento, y eso ocurre cuando ya no hay sol. Como se utilizó energía solar para calentar el agua, se planteó un desafío.
“Debimos acumular muchos litros de agua caliente y traer una tecnología que nos permitiera que cuando aquí cae nieve o se congela, algo habitual en invierno, no se nos reviente el equipamiento. Eso no nos ocurrió en otras escuelas hasta ahora: aquí estamos en una escuela de montaña, rodeados de la cordillera. Los vientos y el frío son una complejidad extra. Entonces, utilizamos equipos especiales de tres colectores solares con capacidad de 300 litros cada uno, 900 litros en total, de almacenamiento de agua caliente, lo que representa tres veces más de lo que veníamos utilizando en las otras escuelas”, explica el constructor.
También se recicló todo un equipamiento original en la escuela que no tenía agua potable cuando Ford la instaló. “Se había hecho un filtrado de agua de acequia, pero hace unos 15 años se trajo agua del servicio de la comunidad y aquel sistema se discontinuó. Al remodelar la escuela, vimos que era eficiente y lo volvimos a poner en condiciones. Con el sistema de filtrado se permite tener un servicio secundario de agua cuando esta falta”, concluye Berenguel. En cuanto a la instalación cloacal, se ha construido un sistema de cámaras de infiltración y tanque séptico llamado Infiltrator, elegido por ser ecológico, ya que no contamina la napa freática.
Una huerta orgánica y un sector de juegos son algunas de las novedades que muestran que esta escuela de montaña ha cobrado una tercera vida, para que los chicos puedan decir como Francisco Vedia, su testigo más antiguo, “tengo los mejores recuerdos de este lugar”, mientras colocaba una cápsula del tiempo en el Monumento a Condarco, para que sea abierta en el próximo centenario.