Ubicado en Dina Huapi, a menos de 15 km de la entrada de Bariloche , el Mercado de la Estepa es un centro comercial y cultural en donde las comunidades rurales comercializan sus productos de una manera atípica: cada una elige dos representantes, los cuales, por turnos, rotan para hacerse cargo de las ventas del local.
Con este sistema cada uno debe promocionar todos los productos por igual -no solo vende sus productos sino los de todos- en una lógica de colaboración y no de competencia.
Ellos mismos son quienes elaboran el reglamento de uso y de funcionamiento del local, y resuelven de manera organizada los conflictos que se presentan. Elevan la calidad de sus productos a partir del compartir con sus colegas, y no porque alguien «experto» les dice qué hacer. Los productores se fortalecen al comercializar como grupo, y además este espacio les sirve también para vincular a los grupos distantes entre sí, acercando a quienes están geográficamente aislados.
Entusiasta, de intereses diversos y dueño de una sensibilidad que transmite en cada palabra, Roberto «Bob» Killmeate creó el Mercado de la Estepa, un sistema que transforma a pequeños productores rurales en ciudadanos capaces de hacer valer sus derechos y hacerse cargo de sus propios procesos de cambio. Un verdadero modelo de comercio justo en la Patagonia argentina.
A partir de su vasta experiencia de trabajo con pequeños productores, se dio cuenta de que la mayor barrera que enfrentan para integrarse en un proceso de desarrollo genuino y mejorar su calidad de vida no es solamente la falta de la titularidad de las tierras, la producción a escala mínima o la comercialización fragmentada.
«El problema es más profundo y está vinculado a la falta de percepción que tienen los pequeños productores rurales marginales de sí mismos como ciudadanos capaces de ejercer sus derechos, de gestionar un mejor acceso a servicios, de participar en la toma de decisiones de las políticas que los afectan. A su pobreza y aislamiento históricos se suma el hecho de que, por un lado, no conocen los mecanismos de participación que están a su alcance y, por otro, no se atreven a utilizarlo», señala Killmeate.
Es por eso que diseñó el Mercado de la Estepa, un sistema que, utilizando como excusa la promoción de lo que los productores ya saben hacer (producción y killmeate1.jpgcomercialización), tiene como objetivo último provocar en ellos procesos de recuperación de la autoestima y revalorización de su cultura, y a la vez capacidades reales de participación, de toma de decisiones, de gestión y de hacerse cargo de su propio destino como grupo.
Hoy integran el Mercado casi 200 productores rurales de lana, miel, cuero, artesanías, dulce, piedras talladas, conservas y licores pertenecientes a nueve comunidades que están en un radio de 400 km. Participan las comunidades de Corralito-Panquehuau; Pichileufu arriba y abajo; Pilcaniyeu; Comallo-Anecon; Ñirihuau; Dina Huapi; Río Chico arriba y abajo; Valcheta; Jacobacci; Viedma; San Antonio Oeste y Las Grutas (todas ellas de la provincia de Río Negro). Dina Huapi es una comunidad semirrural, a diferencia del resto que son todas rurales.
El total de las ventas producidas en 2004 ascendió a 42,135 pesos. Durante el primer trimestre de 2008 hubo un significativo incremento de las ventas del 128 por ciento respecto del mismo trimestre de 2004 y estas cifras se cuadruplicaron a principios de 2009.
Los ingresos aumentaron con la incorporación de mejoras en los productos, en la determinación de precios al consumidor más cercanos al mercado turístico, y la organización de una exposición en el centro de la ciudad de Bariloche, donde el tráfico de turistas es el mayor de la zona.
Los procesos que se producen a través de este espacio de producción y comercialización convencen a estas personas de sus derechos y obligaciones ciudadanas, y les dan la oportunidad de convertirse en actores fundamentales de la construcción de sus propias realidades. A largo plazo, Bob cree que la organización sustentable de las comunidades rurales y suburbanas les permitirá participar en los procesos regionales de toma de decisión, que los afectan, e influir en la formulación y seguimiento de las políticas públicas.
En el Mercado de la Estepa no solo el comercio es importante: se utiliza la producción y la comercialización justa de productos de familias marginales como una excusa para que ellas no solamente mejoren sus ingresos, sino que reconozcan su propia capacidad para participar en la toma de decisiones, gestionar y acceder a mejores niveles de educación, salud y de otros servicios que provoquen un cambio sustancial y duradero a su calidad de vida.
Killmeate actualmente está intercambiando experiencias y consolidando alianzas con instituciones y organismos como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Programa Social Agropecuario, el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico, el Ente de Desarrollo Provincial de Río Negro y con los municipios y comisiones de fomento de la zona.
Editorial publicado en el diario La Nación el 9/03/09