En un creciente compromiso con la sostenibilidad y la transparencia, diversas empresas argentinas de distintos sectores han comenzado a adoptar las Declaraciones Ambientales de Producto (EPD, por sus siglas en inglés). Estos informes verificados por terceros ofrecen un análisis detallado del impacto ambiental de un producto a lo largo de todo su ciclo de vida, desde la extracción de materias primas hasta su disposición final.
Las EPD, conocidas en español como Declaraciones Ambientales de Producto (DAP), se basan en la norma internacional ISO 14025 y proporcionan información objetiva y comparable sobre el desempeño ambiental de un producto. En Argentina, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) juega un rol fundamental al ser el «hub» regional del International EPD® System, facilitando el proceso de verificación y registro para las compañías locales.
Una EPD no es una competencia ni una ecoetiqueta que califica a un producto como «bueno» o «malo». Es un documento técnico, estandarizado y verificado por un tercero, cuyo objetivo es presentar de manera transparente y comparable los datos del impacto ambiental de un producto a lo lo largo de su ciclo de vida. Es análogo a la tabla de información nutricional de un alimento: no dice si es «rico» o «saludable», simplemente informa sobre sus calorías, grasas, azúcares, etc.
Un paso más
Entre las empresas argentinas que ya cuentan con EPD para algunos de sus productos se destacan:
Holcim Argentina: La cementera líder ha obtenido EPDs para sus distintos tipos de cemento, demostrando su compromiso con la reducción de la huella de carbono en el sector de la construcción.
PCR (Petroquímica Comodoro Rivadavia): Esta empresa del sector energético ha certificado el impacto ambiental de sus parques eólicos, un paso significativo para la industria de las energías renovables en el país.
Barbieri: Fabricante de perfiles de acero para la construcción en seco (Steel Frame), Barbieri ha registrado EPDs para sus productos, ofreciendo al mercado de la construcción una alternativa con información ambiental validada.
Molecor: Especializada en la fabricación de tuberías de PVC orientado, esta compañía también se ha sumado a la iniciativa de transparentar el impacto ambiental de sus soluciones para la conducción de agua.
Establecimiento San Esteban: Demostrando que la sostenibilidad no es exclusiva del sector industrial, esta empresa agropecuaria de la provincia de Entre Ríos ha obtenido una EPD para su producción ganadera, un hito en el sector primario argentino.
Por qué es importante
La obtención de una EPD no solo posiciona a estas empresas como líderes en sostenibilidad, sino que también les otorga una ventaja competitiva en mercados cada vez más exigentes en materia ambiental, tanto a nivel nacional como internacional. Estas declaraciones permiten a arquitectos, constructores, y consumidores tomar decisiones de compra más informadas, fomentando una economía más circular y consciente del impacto ambiental. Se espera que en los próximos años más empresas argentinas se sumen a esta iniciativa, impulsando la producción y el consumo responsable en el país.