Hacer kayak o trekking en destinos turísticos lejanos y misteriosos parece prerrogativa de personas con una aptitud física envidiable. Sin embargo, Wheel The World, una propuesta de turismo inclusivo ideada por jóvenes chilenos para personas con capacidades diferentes, pone al alcance de la mano lugares impensados para todo aquel que quiera disfrutarlos, cualquiera sea su condición física.
“Vivimos en un mundo que no ha sido diseñado para personas con discapacidades. Por lo tanto, la mayoría de ellos ha tenido menos oportunidades de vivir al máximo y parece estar inactiva en la mente de los demás. En los últimos diez años, comenzamos a ver un aumento de la promoción y mejora de la accesibilidad a nivel mundial, ya que las sociedades y los gobiernos exigen productos, servicios, transporte, etc., para ser más inclusivos”, dicen Alvaro Silberstein y Camilo Navarro, jóvenes emprendedores chilenos, creadores de Wheel the Word que buscan desarrollar experiencias inclusivas en lugares turísticos del mundo para personas con y sin discapacidad.
Como empresa, lo primero que hacen es realizar expediciones a lugares ícono, identificando las aventuras y factibilidad de hacer los recorridos, para luego asociarse con operadores locales y prepararlos para que puedan recibir a los siguientes viajeros que quieran repetir la experiencia.
Hasta los 18 años, Álvaro Silberstein era jugador titular en el rugby. Ese año, sufrió un accidente automovilístico que lo dejo tetrapléjico con un 75 por ciento de inmovilidad en el cuerpo. Sin embargo, tener que moverse en una silla de ruedas no fue un impedimento para dejar atrás las aventuras que tanto le gustan, y es parte del 3 % de chilenos con discapacidad que practica algún deporte. Vivió en Estados Unidos –en donde realizó un master en la Universidad de Berkeley–, y junto con su amigo de la infancia Camilo Navarro (32 años) conocieron muchos parques nacionales del Hemisferio Norte que estaban totalmente adaptados para personas con discapacidad.
La primera experiencia de Álvaro y Camilo fue en Torres del Paine, en la Patagonia chilena, en diciembre de 2016. Llevaron una silla de ruedas especial para hacer trekking la que ya ha sido utilizada por seis personas después de él.
En Chile hay 101 unidades ecológicas distribuidas en 36 parques, 49 reservas, y 16 monumentos que cubren una superficie de 14,6 millones de hectáreas, equivalente al 20 % del territorio trasandino. De estos, solo el 31 % de las áreas protegidas cuentan con alguna variable de accesibilidad universal.
Es por esto que Wheel the World continuó su iniciativa de turismo inclusivo, esta vez en Rapa Nui, Isla de Pascua. Dejaron en la isla seis sillas: dos especiales para trekking, dos bicicletas y dos sillas para la playa (funcionan en arena y flotan en el mar), y junto con un grupo de 20 personas, lograron identificar distintas experiencias que se pueden realizar en la isla. Estas actividades van desde llegar hasta la cima del Volcán Rano Raraku, o disfrutar de la playa de Anakena, donde incluso bucearon, hasta recorrer la isla en bicicleta.
Turismo inclusivo: un equipo multidisciplinario
El equipo que viajó a la Isla de Pascua estuvo conformado por un periodista, dos directores de cine, dos fotógrafos, dos kinesiólogos, un mecánico, un preparador físico, cinco personas con discapacidad y siete voluntarios, incluyendo a operadores turísticos. Juntos lograron hacer cinco rutas que hoy ya se encuentran disponibles en Rapa Nui y que incluyen 20 kilómetros de bicicleteada y trekking hasta el volcán Rano Raraku; una estadía en Playa Anakena, en donde se enseñó a usar sillas de playa que se movilizan de fácil manera por la arena y que se pueden ingresar al mar, ya que flotan en el agua.
En la misma playa se hizo buceo, una actividad colaborativa con centros de especializados de la zona, que fueron capacitados para asistir a personas con movilidad reducida, y por último, se hizo la subida al volcán Terravaka que comenzó en sillas de trekking con apoyo de personas para empujar, para luego descender hasta los Siete Exploradores (los célebres moais).
Sobre la experiencia vivida en el último viaje, Álvaro Silberstein asegura: “Nosotros queremos promover que haya opciones para realizar actividades al aire libre y que cualquiera que quiera hacerlo, pueda. Es tan potente esta aventura, que incluso personas que uno se va topando en el camino se suman a ayudar a empujar la silla, porque se dan cuenta de que es simple y solo se requiere de un estado físico normal”.
Las sillas utilizadas en Rapa Nui fueron compradas gracias a auspiciantes del proyecto (Banco de Chile, Columbia y Colmena) y a personas que se unieron a esta propuesta de inclusión a través de donaciones. Una vez terminado el viaje, todas estas quedaron a disposición de la Isla.
+ INFO: www.gowheeltheworld.com