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Las ideas más simples suelen ser las más eficaces. Una manta con un bolsillo se pliega, se mete dentro del doblez y se convierte en un almohadón. Parece que esta técnica era usada en Europa, hace muchos años, por la gente de pueblo que debía movilizarse de una ciudad a otra. Dominique Goffard, artista plástica de origen belga, asegura que durante la Segunda Guerra Mundial las familias que escapaban de las invasiones plegaban sus cobijas de este modo.
Como a toda artista a la que no le faltan ideas, recordó la manta-almohadón y la recreó con telas estampadas para el bolsillo, y guata o polar en composé para el resto. Cubrirse con este abrigo y poner los pies en el bolsillo, mientras se mira televisión o se lee es tan placentero como recostarse sobre el mismo objeto, convertido ahora en almohadón.
Esta microemprendedora se vinculó con la Asociación Nacional Pro Superación Personal de la Argentina (Anspac), una ONG que enseña oficios a mujeres en situaciones difíciles. “Una mujer educada es un hogar salvado”, es el lema de institución. Y así contrató a costureras capacitadas de este modo y formó un pequeño taller bajo su dirección. La originalidad y practicidad de este artículo bautizado y registrado bajo el nombre de Top Manta, lo convierte en el producto estrella de la empresa, pero también hacen una bolsa con tiras y bolsillos que se convierte en lona para tomar sol en verano.
En junio próximo participarán en la muestra Puro Diseño, para lo que será su primer gran desafío. Top Manta es un emprendimiento que une tres conceptos: utilidad, estética y solidaridad.
+ INFO: www.topmantashop.net