Hace poco días llegó a la redacción de NOTICIAS POSITIVAS un mail que contenía la siguiente frase: “Les escribo porque quería compartir con ustedes nuestra historia de supervivencia al cáncer, creo puede ser una inspiración para otros”.Inmediatamente decidimos contactarnos con Victor Gospodinoff, esposo de Ana Contigiani, quien en noviembre de 2008, prácticamente de un día para el otro, se enteró que tenía cáncer metastásico: un tumor primario en la mama derecha, dos tumores cerebrales, cáncer en el riñon y el higado izquierdos y en la base de la columna. En ese entonces los médicos señalaron que sólo había un 3% de posibilidades de alguna sanación. «Un cuadro desolador», comenta Victor en su carta . Sin embargo, desde hace más de un año Ana está libre de cáncer y comparte su historia que tiene que ver con la decisión de ser optimistas y haber pedido ayuda.
Víctor contó a NOTICIAS POSITIVAS que al enterarse de la enfermedad de su esposa se mentalizó en que el 97% negativo no le interesaba y que no iba a gastar su energía en ello. En cambio, decidió que se enfocaría el 3% y en que lo pelearía con alma y vida.»Toda mi vida dije que el vaso está medio lleno y nunca medio vacío, y cuando tocó esto pensé que esta vez el vaso estaba 3% lleno, en vez de 50%», destacó.
El sentido del humor estuvo siempre presente durante el tratamiento, la capacidad de contar chistes y de reir. Cuatro o cinco meses después de enterarse de su enfermedad Ana ya no tenía más cáncer en su cuerpo. Nadie lo podía creer, ni el más optimista podía creer que ella hubiera respondido de esa manera y en tan poco tiempo.
Los Gospodinoff durante la sanación contaron con el apoyo de miles de personas. Literalmente miles y miles de personas pidieron que este milagro ocurra. «Llámese plegarias, llámese fe, buena energía, ondas positivas. Miles de personas en el mundo generaron eso, y Ana está viva gracias a eso», comentó Víctor al señalar que llegaron a tanta cantidad de gente gracias a las redes sociales, como Facebook y Twitter.
Los aprendizajes de la enfermedad, el optimismo y la cura fueron muchos. Víctor mencionó tres: primero, que todos somos mucho más fuerte de lo que creemos, tanto física, anímica como psicológicamente. Segundo, que en este mundo hay muchísima más bondad de la que nos permitimos ver, «el día a día hace que no podamos ver esa bondad que está ahí».Y tercero, que si uno pide ayuda,la ayuda viene. «Quizás esa ayuda viene en el formato que no es el que uno creía, pero si uno pide ayuda, esa ayuda viene. No siempre viene del lugar que uno espera, la ayuda más importante viene del lugar más insólito, del menos esperado».
Vale la pena comentar que antes de que Ana se enfermara, los Gospodinoff eran voluntarios del American Cancer Society y de alguna manera todo lo que habían sembrado dio sus frutos. Tanto el apoyo recibido como los conocimientos adquiridos fueron importantes a la hora de hacerle frente a la enfermedad.
Casos similares al de los Gospodinoff nos había relatado la psicoanalista argentina radicada en Francia, Evelyne Bissone Jeufroy. Cuando visitó NOTICIAS POSITIVAS para presentar su libro «Cuatro placeres al día, ¡como mínimo! El despertar del cuerpo y el alma” (Ed. Aguilar), nos relató la experiencia del doctor Carl Simonton y el caso de un paciente terminal que decidió cumplir un último deseo: vender su casa y su auto e irse a dar la vuelta al mundo. Simonton le puso una única condición, que le fuera enviando tarjetas postales a medida que iba pasando por los lugares por los que siempre había soñado visitar. Las postales fueron llegando regularmente durante un año, al cabo del cual la paciente volvió: no tenía ni auto ni casa, pero se había curado del cáncer.