La literatura muchas veces ha confrontado la fuerza de la naturaleza encarnada en un animal contra el valor de un hombre. En El viejo y el mar, la novela de Ernest Hemingway, se relata el desafío del pescador rodeado por tiburones en el mar Caribe, mientras defiende su pesca. Una obra de arte, sin duda. Más cercano a nosotros, un filme documental, Piazzola, los años del tiburón, nos trae la frase del músico que asegura: “Si yo no puedo pescar más tiburones, tampoco puedo tocar más el bandoneón”, señalando la fuerza que debía hacer para las dos actividades. Era conocida la afición del bandoneonista por la pesca de tiburones en Mar del Plata o en Punta del Este.
Pero en los primeros días de 2019, los tiburones han sido noticia en esta zona del mundo (Costa Atlántica de la Argentina) por otras razones. La primera fue la aparición de una variedad bacota, nadando cerca de la orilla en Santa Clara del Mar, provincia de Buenos Aires. Es frecuente la presencia de estos ejemplares en la región, pero lo sorprendente fue la cercanía a la playa con que el animal eligió nadar. El pescador deportivo Ernesto Cañueto, quien subió el video a YouTube, comentó que esta variedad no es peligrosa y que estuvo a punto de tirarse al agua y nadar con él. Sin embargo, no faltaron titulares en nuestros medios como “Pánico en Santa Clara del Mar”, “Video aterrador: apareció un tiburón en la costa argentina”. En el video nadie grita y se ven surfistas alrededor del animal que lo ignoran, además de oírse las voces tranquilas de los niños en la playa.


Pero el verdadero video aterrador fue el de unos pescadores ilegales –supuestamente recreativos–, que habían atrapado ocho tiburones escalandrun (Carcharias taurus) y los exhibían sin ningún registro de haber transgredido la ley. Los pescadores responsables devuelven la presa al agua y hasta algunos cooperan con la Fundación «Conservar Tiburones en Argentina», con un marcado biológico. Esta situación ocurrió en aguas de Mar Chiquita, también provincia de Buenos Aires. El video se viralizó, lo que originó rápidas respuestas de científicos argentinos en alerta contra esta práctica prohibida.
En principio, la pesca que se muestra en el video es ilegal porque viola las Disposiciones Nº 217/2007 y 78/2014 de la provincia de Buenos Aires. Estas reglamentaciones establecen la devolución obligatoria de los tiburones capturados de las especies Escalandrún, Bacota (Carcharhinus brachyurus), Gatopardo (Notorynchus cepedianus), Martillo (Sphyrna zygaena) y Cazón (Galeorhinus galeus); limitan el número de cañas por pescador, y también estipulan la modalidad de armado del aparejo de captura. Además, también se encuentra vigente la resolución del Consejo Federal Pesquero Nº 04/2013, que establece que los buques de pesca comercial no pueden desembarcar tiburones mayores de 1,6 metros de longitud total en ningún puerto argentino.
Estas reglamentaciones tienen como objetivo conservar y hacer un uso sustentable de las poblaciones de grandes tiburones del Mar Argentino. Se basan en el conocimiento científico de la biología de esas especies en aguas argentinas, acumulado durante muchos años, que indican que estos tiburones tienen un muy bajo ritmo reproductivo y que sus poblaciones han sufrido disminuciones severas. El Escalandrún es un tiburón de aparición estacional en la Argentina, que se mueve entre nuestro país, Brasil y Uruguay, por lo que se ve afectado por actividades pesqueras de estos tres países. Las hembras se reproducen a partir de los 14-15 años de edad y, a partir de ahí, dan a luz dos crías en cada parición, con una frecuencia máxima de una vez cada dos años. Las costas bonaerenses son muy importantes en el ciclo de vida de esta especie, ya que en estas aguas tendría lugar el apareamiento, lo cual es fundamental para la preservación de la especie.
Los últimos análisis científicos indican que la abundancia de esta especie ha disminuido drásticamente en el país. En efecto, la población de este tiburón compartida entre la Argentina, Brasil y Uruguay está catalogada como En Peligro Crítico de Extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que es la principal organización internacional dedicada a la evaluación y conservación de la biodiversidad (https://www.iucnredlist.org/species/63163/12625032).
Por otra parte, el programa de Marcado de Tiburones de la Argentina se ejecuta desde el año 2008 y une el trabajo científico con acciones de conservación para involucrar a usuarios y comunidades de pescadores locales a lo largo de la costa.
Los científicos advierten
Esta situación ha provocado la advertencia de numerosos científicos argentinos pertenecientes al área de las Ciencias Biológicas, sobre la necesidad de respetar la reglamentación vigente y conservar a los tiburones del mar argentino.


“Queremos expresar nuestra preocupación por los actos irresponsables e ilegales como las que se muestran en el video aludido que, lamentablemente, siguen siendo comunes todos los veranos. Por todos estos motivos, instamos a todos los pescadores a cumplir con las normativas vigentes y recomendamos enfáticamente que utilicen técnicas de captura que minimicen el impacto negativo sobre los tiburones. Además, solicitamos a las autoridades que ejerzan los controles necesarios para asegurar que las reglamentaciones se cumplan. Finalmente, pedimos a toda la ciudadanía que haga un uso responsable de los recursos naturales; la conservación de los tiburones, del ecosistema marino y, en última instancia de nuestra propia especie, dependen de las acciones de cada uno de nosotros”, enuncian 39 científicos, entre ellos Federico Argemi de Acuario, Fundación Temaikén; Cynthya Awruch, del Centro Para el Estudios de Sistemas Marinos, Centro Nacional Patagónico, Conicet, Puerto Madryn, Chubut; Santiago Barbini, Laboratorio de Biología de Peces, Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, Universidad Nacional de Mar del Plata – Conicet, Mar del Plata, Buenos Aires; Gustavo Chiaramonte, Estación Hidrobiológica de Puerto Quequén, Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, Conicet, Puerto Quequén, Buenos Aires, y Ciudad de Buenos Aires; Juan Cuevas, Wildlife Conservation Society de la Argentina; y División Zoología Vertebrados, Museo de La Plata, Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Buenos Aires; y Matías Pandolfi, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires, e Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental Aplicada, Universidad de Buenos Aires – Conicet, Ciudad de Buenos Aires.
En el siglo XXI, el gran desafío del hombre no es doblegar a la Naturaleza sino protegerla y conservarla, ya que por fin ha comprendido que es parte de ella.