El Centro Cultural Roberto Fonanarrosa, en donde se desarrolló la última feria del Libro, en Rosario
Tuve la oportunidad, el fin de semana pasado, de visitar la Feria Internacional del Libro de Rosario, que este año recibió a más de 180.000 visitantes, con actividades de todo tipo para adultos y chicos. Invitada por mi amiga, la periodista Alejandra Rey, radicada en Rosario desde hace un tiempo y muy activa en el ámbito cultural de la ciudad, fui al Centro Cultural Roberto Fontanarrosa –conocido antes como Centro Cultural Bernardino Rivadavia– en donde se desarrolló, del 30 de mayo al 10 de junio último, la nueva edición de la Feria. Recorrimos la planta baja, el entrepiso y los tres pisos del centro; también pude entrevistar a algunos de los expositores para NOTICIAS POSITIVAS.
El Centro Fontanarrosa está para difundir la cultura en sus diferentes disciplinas: artes plásticas, música, teatro, cine y literatura, pero, como es natural, también funciona como centro de congresos y convenciones, de manera que es el lugar ideal, bien céntrico, para una exposición de la importancia y el tamaño de la feria del Libro en Rosario. En la explanada exterior, además, se había montado un escenario para espectáculos musicales; el sábado 8, por ejemplo, actuó la cantante de jazz Debora Dixon.
Como fanática admiradora de la obra de Roberto Fontanarrosa, es siempre muy emocionante descubrir, como en este caso, en cada descanso de las escaleras, a alguno de sus inolvidables personajes; particularmente, a Boogie el Aceitoso, ese crítico letal de usos y costumbres de las sociedades actuales, que logra casi el milagro de que un killer profesional haga a su manera justicia y de que los lectores estemos de acuerdo… quizá porque es ficción y porque detrás de esa línea magnífica y de esos diálogos punzantes están la imaginación y la gracia inconfundibles del Negro.
En el segundo piso, se ubicó el stand de la editorial Baltasara Editora, que este año cumple diez de intensa actividad; a fines de 2009 empezó a publicar y el primer libro fue un homenaje a una poeta española. Su directora es Liliana Ruiz, la hija del librero y editor español Laudelino Ruiz, que continúa la tradición librera de la familia. De las siete colecciones de Baltasara Editora, se presentaban en la Feria tres libros: las falsas crónicas de Vladimir va al paraíso, de Damián Schwarzstein (Colección Andrómeda); la novela ambientada en el siglo XVI La tierra firme, de Matías Aimino (Colección Narrativa), y Colgados del lenguaje. Poesía en las ciencias, de Osvaldo Picardo (Colección Ensayo).
También en el segundo piso, en el stand 34, la editorial rosarina de literatura infantil y juvenil Libros Silvestres deslumbraba con sus libros artesanales para niños, los libros pop up, en la mejor tradición del troquelado: libros recortados, montados y encuadernados a mano (el tiempo mínimo de realización es de diez días). Carolina Musa, una de las editoras, le regaló a N+ Bajó un pajarito rojo, con texto del gran poeta argentino Enrique Banchs (1888-1968) –el autor de El cascabel del halcón y La urna, entre otros libros de poesía– e ilustraciones de Alicia Nakatsuka. El poema que da nombre al libro se va decantando en cada página y a manera de rompecabezas para poder armarlo hay que guiarse por los colores –«pájaro rojo, tan verde / que entre las hojas se pierde. / Un pajarito amarillo, / redondo como un ovillo…»– para no equivocarse, un prodigio que un chico puede realizar mucho más rápidamente que un adulto, por supuesto. Aunque, como dijo Carolina Musa, sería interesante ver qué sale de mezclar los colores y los versos.
Periodista y profesora en Letras (UBA), especializada en literatura infantil y juvenil. Desde 2007, es colaboradora de Noticias Positivas.
De 1979 a 2015, trabajó en el diario La Nación de la Argentina, en distintas secciones, y como editorialista y autora de la columna Línea Directa (temas de lingüística y corrección gramatical)
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