Las playas de nuestra costa atlántica reciben corrientes que provienen de las grandes ciudades costeras cargadas de residuos, además de los que son generados en los mismos balnearios por los turistas. En Pinamar, así como en otros balnearios de la costa bonaerense, a pesar de este 2020 atípico, ya se están haciendo tareas de limpieza en las playas, con el fin de preparar el entorno para un verano sustentable, con menos residuos y, por ende, más amigable para el medioambiente y los turistas.
En ese contexto, y con la coordinación de la cooperativa Reciclando Conciencia, que opera la planta de transferencia donde se reciclan residuos preclasificados en el Partido de Pinamar, ya se llevaron a cabo siete jornadas de limpieza de playas. Allí participaron 200 vecinos y se logró recolectar más de 1000 kilos de residuos, que estaban esparcidos en la arena.


Del total de lo recolectado, un 60 por ciento corresponde a plástico (bolsas, nylon), 20 % a material de pesca (sogas, cuerdas, etc.), 10 % vidrio (principalmente botellas) y el 10 % restante a metales.
La última de las jornadas se llevó a cabo en La Frontera, con la participación de 40 personas. De acá a fin de año, se llevarán a cabo tres limpiezas más, para continuar luego con las tareas correspondientes en enero y febrero. La participación de los voluntarios que acompañan es fundamental (ver https://noticiaspositivas.org/voluntario-por-un-dia/)
En cada una de estas jornadas, que suelen contar con el respaldo de restaurantes, comerciantes y fundaciones que operan en la zona, se realizan tareas de promoción ambiental, en las que se cuenta el porqué de la limpieza, la separación y el reciclado. También se realizan encuestas, para conocer los hábitos de la comunidad y mostrar las acciones de la cooperativa.
Las «Islas ambientales» de Pinamar
A través de los centros de acopios, situados en calles centrales e instituciones educativas y públicas de Pinamar, Valeria del Mar, Cariló y Ostende, que se triplican en la temporada alta, Reciclando Conciencia recibe entre cuatro mil y seis mil kilos de residuos de manera diaria. Estos son previamente separados por los vecinos y comerciantes, como parte del programa de “Islas ambientales” impulsado por la Municipalidad de Pinamar, que reconoce a la cooperativa como proveedor de servicio desde hace más de cinco años, algo que es una experiencia inédita en el país.
Mediante los materiales reciclados, Reciclando Conciencia ha desarrollado una variedad de productos sustentables, aplicados a la construcción y la decoración
Mediante los materiales reciclados, Reciclando Conciencia ha desarrollado una variedad de productos sustentables, aplicados a la construcción y la decoración. Entre ellos, un ecobloque realizado a partir del telgopor –un material de difícil trazabilidad (puede tardar hasta 1000 años en degradarse) y alto nivel de contaminación–, que se produjo en conjunto con el Centro Experimental CEP-ATE de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU).
La cooperativa también desarrolló placas de plástico reciclado, de diferentes colores y texturas, que se utilizan para distintos tipos de mobiliario, como cestos, composteras, cuchas, macetas, buzones.
Fuentes de trabajo, durante la pandemia
Reciclando Conciencia es la única cooperativa de reciclado en la Costa Atlántica habilitada para emitir Manifiestos electrónicos de trazabilidad Sustentable por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS). El proyecto nació 10 años atrás, a partir de la unión de varios amigos que se convirtieron en activistas ambientales para luego lograr la Personería Jurídica e introducirse de lleno en el sistema cooperativo.


Durante la pandemia, que afectó fuertemente a la Costa Atlántica, al igual que el resto del país, la cooperativa logró mantener las fuentes de trabajo, con 36 socios al día de hoy, así como también la cantidad de residuos recolectados (más de 967 toneladas, a pesar del parate inicial por la cuarentena). E incluso pudo crecer, en especial a través de la adquisición de maquinarias, como un montacargas –gestionado de manera conjunta con la Fundación Vida Silvestre–, dos extrusoras que permitirán derretir y trabajar el plástico, y, en breve, un nuevo vehículo para optimizar la logística de recolección.