Todos conocemos la vaquita argentina que si bien no es autóctona, lo es por adopción. Pero ¿sabías que en Jujuy no solo hay llamas sino también tucanes y guacamayos? Claro, porque no solo hay animales en la Quebrada de Humahuaca o la Puna, sino también aves tropicales en las Yungas, la selva jujeña. Y si no lo sabías, una buena manera de aprenderlo es junto a nuestros hijos, a través de los juguetes. Esta fue la idea de Mariel Blanco, una contadora del norte que decidió sumar a su amor por los números, su pasión por la artesanía y el diseño: hace unos cuatro años, nació Phida, pero hace dos que su responsable se dedica totalmente a esta iniciativa para lo cual debió mudarse a Buenos Aires.
“Soy la responsable de la marca, pero también me encargo de hacer las muestras y delinear la línea de la colección para que la desarrollen los artesanos”, explica Blanco. “Tenemos el Sello de Buen Diseño, otorgado por la Secretaría de Industria y certificaciones de calidad; el rubro de muñecos cumple con las normas IRAM de seguridad del juguete, y voy cumpliendo con las normas para que se puedan comercializar y exportar los productos.”


Junto con Aves Argentinas, en Phida aprendieron sobre el mundo de la avifauna en el país y realizaron una colección cápsula con aquellas especies autóctonas que están en riesgo o en extinción, para visibilizarlas. “También con aquellas aves que no están amenazadas pero que son raras. Y salió una colección muy linda. A los extranjeros que vienen, les enseñamos el país a través de las aves y quedan encantados. La zona de las Yungas por donde pasan los trópicos tiene una rica flora y fauna, como tucanes y guacamayos rojos, y exporta bananas y limones. Y a través de las aves vamos mostrando diferentes regiones y su cultura. El flamenco está en todo el país, solo va variando la coloración de las patas que pueden ser rosadas o amarillas, o con manchas negras. El macá tobiano que está en riesgo de extinción abunda en la Patagonia”, explica la emprendedora a NOTICIAS POSITIVAS.
Pero el “bichito” que sin dudas está teniendo un éxito enorme en Japón es el pichiciego, un microquirquincho de color rosa, que habita las tierras cuyanas y que está en amenaza de extinción, razón por la cual está siendo estudiado en el Centro Científico Tecnológico-Conicet de Mendoza.
Los muñecos están realizados en algodón agroecológico argentino, y para la línea de accesorios como bufandas, medias o mantas usan fibra de llama o lana merino de la Patagonia. Ya participaron de varias ferias de diseño en Londres, en donde comercializan a través de Amazon o su página online https://www.phida.com.ar/juguetes/. Trabajan con arquitectos dentro del tema de decoración, o con galerías de arte en las que exponen sus muñecos.


¿Por qué se llama Phida? “Phi es la proporción áurea, lo que hace a los humanos más armónicos. Es un guiño a las matemáticas ya que para el diseño se necesita medir las proporciones, geometría. También nuestra vaquita argentina se llama Teorema. El nombre de la marca está envuelto en un cuadrado y también está el triángulo de Pitágoras. Es que yo estudié Ciencias Económicas y eso me sirve mucho, veo que otros colegas emprendedores tienen muchos problemas con los planes a largo plazo. Hay ratios que aunque no te gusten tenés que analizarlos. En nuestro país no se puede proyectar a cinco años, hay que reacomodar constantemente, tener mucha cintura. Pero cuanto más pequeño, mejor te podés acomodar”, resume la artesana.