Empresas post Covid-19: más responsables con el ambiente
La crisis actual invita a reflexionar en torno a la forma en que vivimos y convivimos: pensar en mejores niveles de salud humana solo será posible si habitamos un planeta sano

En los últimos días se hicieron virales en las redes sociales videos en los que un personaje viaja en el tiempo y se encuentra con su yo del pasado reciente. Aquella o aquel que vive en enero de 2020 descree y mira con absoluta ajenidad los hechos que se le relatan. La emergencia causada por Covid-19 nos tiene en esa misma perplejidad, delineando certezas a medida que se transita una crisis sanitaria, económica y social impensada.
¿Qué pensarías si digo que esta crisis se suma a una que la antecede y que, en oportunidades, fue negada? Se trata de la crisis ecológica y climática. En este caso, no es necesario que venga un yo del futuro cercano para contar lo que hoy ya sabemos: las consecuencias del cambio climático se evidencian en pérdida de biodiversidad, sequías, inundaciones, deforestación, aumento de la tendencia a sucesos climáticos extremos, entre otros. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) estima que las actividades humanas han causado un calentamiento global de aproximadamente 1,0°C con respecto a los niveles preindustriales y que es probable que el calentamiento global llegue a 1,5 °C entre 2030 y 2052.
Veamos otro ejemplo: el Día del Sobregiro de la Tierra (Earth Overshoot Day, como se lo conoce en inglés) indica la fecha en que la humanidad utiliza el presupuesto de recursos de la naturaleza para todo el año. Durante 2019 dicha fecha fue el 29 de julio, la más temprana de la que se haya tenido registro en la historia. Según cálculos de Global Footprint Network, la humanidad utilizó la naturaleza 1,75 veces más rápido de lo que es capaz de regenerarse. Es decir que, para continuar con el modelo de producción actual, el año pasado tendrían que haber existido 1.75 Tierras y bien sabemos que no es el caso. Según las estimaciones para este año, la Argentina estaría llegando a su Día del Sobregiro de la Tierra este 26 de junio.
El costo de esta sobreexplotación de los recursos ecosistémicos no sólo compromete la seguridad inmediata de nuestra propia existencia, sino que levanta una señal de alarma que cada día llega antes y con mayores consecuencias. En línea con el Nuevo Informe Ambiental (IAF) de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), si pretendemos gozar de una vida saludable en este planeta, deberemos cambiar.
El último Informe Especial elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sobre la evolución y los efectos de la pandemia de Covid-19 menciona que el regreso a la normalidad no será y no debe ser una vuelta a la situación anterior a la pandemia, sino que es crucial en el corto y mediano plazo un nuevo estilo de desarrollo con igualdad y sostenibilidad ambiental. En esta misma línea, el Foro Económico Mundial llama a empresas y gobiernos a diseñar planes de reactivación sustentables que se basen en el cuidado de las personas y que considere las limitaciones de nuestro planeta.
La crisis actual nos invita a reflexionar en torno a la forma en que vivimos y convivimos: pensar en mejores niveles de salud humana solo será posible si habitamos un planeta sano. Los cambios que faciliten estrategias de desarrollo resilientes al clima son necesarias y el rol del sector privado y las industrias globales es fundamental en este contexto.
Este 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, desde la Cámara de Comercio de Estados Unidos-AmCham afirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando e impulsando una nueva economía basada en la sustentabilidad, que busque reducir las desigualdades y ponga fin a la pobreza, una economía que nos permita salir de esta crisis mejor preparados que como cuando llegamos a ella.
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La autora de la columna es Líder de Sustentabilidad de AmCham