La energía hidroeléctrica abastece cerca del 20 por ciento de la demanda eléctrica mundial. Aproximadamente el 15 por ciento de la capacidad hidroeléctrica instalada se encuentra en América Latina (166 GW). En la Argentina, la capacidad instalada es de 11.101 MW, representando un 33 % de la matriz eléctrica total.
Existen tres tipos de aprovechamientos hidroeléctricos: de embalse con central a pie de presa; de pasada/alta caída, y de pasada/baja caída. Las convenciones más usadas para clasificar el aprovechamiento hidroeléctrico suelen ser de acuerdo con la potencia instalada o con el salto de diseño.
La energía hidroeléctrica se considera limpia y renovable, pero en el caso de los grandes proyectos sus impactos ambientales son irreversibles, por ello la Ley 27.191 de fomento de las energías renovables define como tal a aquellos proyectos hidroeléctricos cuya potencia instalada sea hasta 50 MW.
Los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos (PAH) sirven para abastecer tanto a la red pública como a zonas remotas y sin acceso a una red pública. Su inversión es menor, los impactos ambientales son muy reducidos y pueden completarse más rápidamente, lo que los hace muy viables para zonas y regiones aún sin servicios convencionales. Sin embargo, debe destacarse que las características heterogéneas de los diferentes aprovechamientos pueden influir considerablemente sobre los costos de generación.
El programa RenovAr adjudicó hasta ahora 14 proyectos de PAH por un total de 32 MW, la mayoría de los cuales están en la región de Cuyo. También se adjudicaron en la zona Centro y del Comahue. En la Ronda 1 se adjudicaron cinco proyectos de pequeños emprendimientos hidroeléctricos (PEH) con una potencia total de 11,4 MW. En la última Ronda (2.0), se adjudicaron nueve proyectos con una potencia total instalada de 20,8 MW. Los proyectos adjudicados corresponden a la provincia de Mendoza (9), Córdoba (3), San Juan (1) y Río Negro (1).
“Mendoza, previo al RenovAr, ya contaba con 135 MW de PAH. Todos los proyectos se conectan a la red de distribución provincial”, indicó a ENERGÍA POSITIVA Pablo Pablo Magistocchi, vicepresidente de la Empresa Mendocina de Energía SA (Emesa). También resaltó como gran diferencial de la provincia la construcción sobre canales de riego. “De los nueve proyectos que fueron adjudicados en el RenovAr, ocho están sobre canales. Mendoza es un desierto, ha desarrollado la agricultura sobre la base de riego artificial. Construyó una serie de canales que derivan el agua hacia las diferentes zonas productivas, y sobre esos canales matrices es donde se están instalando varios de los PAH anteriores y los del RenovAr. Los proyectos sobre los canales permiten saber exactamente cuándo y cuánta agua va a llegar. Es muy fácil poder realizar un reporte de generación de energía y garantiza el suministro.”
A nivel nacional, de acuerdo con algunos relevamientos realizados por la consultora Proinsa (2009), existen alrededor de 180 PAH, no todos en actividad. La potencia instalada a nivel nacional de minihidro se estima en 427 MW, pero el potencial podría alcanzar los 1000 MW, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo del 2015.
Magistocchi señala algunas de las dificultades a la hora de promover los PAH en nuestro país y la controversia en torno a las licitaciones del programa RenovAr. “Desarrollar un PAH es un proyecto mucho más costoso y más riesgoso en las etapas iniciales que otras fuentes renovables. Si nosotros queremos que el privado tome ese rol en la Argentina, le vamos a tener que brindar otras condiciones. Si lo vamos a poner a competir con eólicos y solares van a ganar estos últimos y vamos a perder todas las externalidades positivas de esta tecnología: es más madura que las otras dos y genera mayor número de empleo.”
Actualmente, uno de los proyectos más económicos que ingresó energía al sistema eléctrico nacional es el Complejo los Nihuiles (Mendoza). Empezó a funcionar en 1952 y tiene totalmente repagado su capital. Si bien este es un sistema hídrico de gran porte, el vicepresidente de Emesa afirma que sucede lo mismo con los PAH, como la Central General San Martin (6MW), que otorga energía muy barata, ya que está funcionamiento desde el año 1950.
“Uno de los temas que llevamos a la Subsecretaría de Energía Renovable es que no se debiera crear un proceso licitatorio que sea igual para un proyecto eólico que para un hidroeléctrico. El proyecto hidroeléctrico siempre va a entregar la energía más barata del sistema, pero está pensado para que dure 100 años, mientras que un proyecto eólico solo para 20. Entonces, si se amortiza un bien de 100 años en el plazo de 20 años, se va a pagar la energía más cara”, expresa Magistocchi. En el RenovAr 1 el precio promedio para el MWH de los PAH fue de US$ 105 y en el Renovar 2 el rango de precio fue de US$ 89-104.
En América Latina, solo se usa el 25 % del potencial total hidroeléctrico. El desarrollo de esta fuente es parte importante de los planes de expansión del sector eléctrico en la región, pero los efectos del cambio climático podrían afectar de manera considerable algunas subregiones. De acuerdo con los escenarios de prospectiva energética 2014-2040 realizados por ONU Ambiente, la subregión del Cono Sur (la Argentina, Brasil, Paraguay, Chile y Uruguay) sería la de mayor afectación con una disminución de caudal del 17 % respecto al escenario Bussiness As Usual.
En Mendoza, según Magistocchi, “los regímenes hidrológicos están cambiando. Una de las hipótesis que tenemos a futuro es que la cordillera, que funciona como un pulmón que acumula la nieve en el invierno y la va liberando en el verano a través de los cauces, va a ir cambiando. Vamos a tener cada vez menos nieve y más lluvia. Entonces, muy de a poco, dado que la Argentina y la provincia destruyeron su sistema hidroeléctrico, estamos intentando reconstruirlo para comenzar a crear capacidad de embalse de gran porte en nuestros ríos, para reemplazar al pulmón de nieve de la cordillera que irá desapareciendo”.
FUENTE: Revista Energía Positiva #7