Por primera vez se fabrica en la Argentina la copa menstrual, un producto para la higiene femenina. Maggacup permite ahorrar dinero, salvar bosques y reducir la cantidad de basura que generamos. ¿Cómo? Para averiguarlo, NOTICIAS POSITIVAS entrevistó a sus creadoras, Luciana Comes y Clarisa Perullini.
“La copita es un dispositivo que tiene la función de recolectar el sangrado menstrual -explicaron-. Fue creado en 1937 por una médica llamada Leona Chalmers, en los Estados Unidos. Se utiliza en investigación desde hace muchos años pero no se conoce de manera masiva. Es un producto que ha crecido mucho, hace 10 años sólo había dos marcas y hoy ya la fabrican más de 30 empresas”.
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-¿Qué beneficios tiene?
-Una particularidad es que es reutilizable, es decir que una mujer usa una misma copa por 5 años. Es un receptáculo de silicona hipoalergénica cuyo único requisito es que debe ser lavado con agua potable. Además se reduce el gasto energético que produce la fabricación de otros productos ya que el 60 por ciento del peso de las toallitas y los tampones es pasta fluff producida a partir del desmonte de la selva misionera. Finalmente ahorramos la basura que generamos las mujeres sin saberlo, hay que tener en cuenta que en un año las mujeres argentinas generamos 3380 millones de unidades en toallitas y tampones como residuos.
-¿Cómo surgió la idea de empezar a fabricarlos en el país?
-Cuando conocimos el producto pensamos que tenía que ser universal y accesible para que le llegue a más mujeres. En Europa es un producto de nicho, vinculado a la ecología y al cuidado del propio cuerpo, pero no es masivo. Es un producto económico y saludable, con él se ahorran dinero y recursos al planeta.
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Magga significa ‘camino del medio’ en el antiguo idioma de la India. Por ello, Comes destacó que el objetivos de Maggacp es “generar un cambio a gran escala, no quedarnos con las mujeres de determinado círculo con acceso al producto, sino poder armar un proyecto social y desplegar todas las posibilidades para que las mujeres puedan acceder a esto”.
-Hace pocos días, con motivo del Día Internacional de la Mujer, firmaron un convenio con Banco de Bosques a través del cual ustedes protegerán un m2 de selva misionera por cada copa vendida.
-Si, la idea es poder brindar información, porque para la fabricación de los productos convencionales se deforestan bosques y selvas autóctonas para la plantación de variedades de pinos que son monocultivos. Y nosotras podemos evitarlo dejando de usar esos métodos que además producen muchas toneladas de residuos patológicos. Por eso surge esta alianza con Banco de Bosques, es una protección a perpetuidad porque cada mujer que compra una Maggacup salva un metro cuadrado de selva y la protegemos entre todos.
Finalmente, las entrevistadas enfatizaron el ahorro económico que se hace con su producto, ya que “la copita cuesta 300 pesos y se amortiza en sólo seis meses. Además dura cinco años y en ese lapso con los productos tradicionales gastarías 3500 pesos”.