A tan solo 40 kilómetros de la costa del norte bonaerense, se erige una misteriosa isla en medio del Río de la Plata. Es la isla Martín García, rica en historia y biodiversidad, que ahora se ha convertido en la meca de los emprendedores agroecológicos.
Estas condiciones, lejos del ruido y la contaminación, se volvieron el entorno ideal para el emprendimiento agroecológico que decidió desarrollar Facundo Baraldo Martínez, quien hace ocho años reside en la isla y entiende que su presente y futuro seguirán allí. “Vivir aquí es una experiencia muy linda que conecta el cuerpo con el ritmo de las estaciones y el río, por eso empecé a cultivar verduras y hortalizas, con la idea de difundir métodos de producción más amigables con el medio ambiente”, contó. El agricultor utiliza técnicas naturales para el control de plagas y restauró una vivienda donde creó una huerta de 200 m2. “Los bioinsumos fabricados con plantas del lugar y la siembra de aromáticas ahuyentan a los organismos que traen las pestes”, explica Baraldo Martínez.
Su proyecto es convertirse en el abastecedor de insumos frutihortícolas de la isla ya que “nos quedamos sin verduras, frutas y hortalizas cuando el transporte no puede llegar por cuestiones climáticas”.


Conservas artesanales
La historia de Mabel La Torre, productora de conservas, recuerda el argumento de la película Baby Boom. Si bien su ingreso principal está sujeto al movimiento turístico, también tiene sus clientes residentes dentro de la isla, que celebran sus preparaciones. “Mis padres siempre estuvieron acá, yo vine cuando tenía 17 años, pero después me fui a la Ciudad de Buenos Aires, iba y venía. Hace tres años decidí mudarme con mi hija y empezamos a trabajar en el comedor Solís hasta que armé mi propio proyecto. Tuve mucho éxito y ahora me dedico a elaborar mermeladas, dulces y escabeches artesanales”. Mabel no dudó en afirmar que “con mi hija vivimos en un paraíso”.
Pero este paraíso muchas veces ignorado por el resto de los argentinos tiene un pasado agitado y controvertido.
La cárcel de los VIP
Prueba de ello es la presencia de la Prisión Isla Martín García, una vieja cárcel que funcionó entre 1755 y 1962, en la que estuvieron detenidos varios presidentes argentinos como Marcelo T. de Alvear, Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón y Arturo Frondizi, y también el cacique puelche Pincén. Puede visitarse el Museo Histórico y el Teatro Urquiza que funcionó hasta 2013.


Con sus 168 hectáreas y una población aproximada de 200 habitantes, este territorio es la única frontera seca entre la Argentina y Uruguay. Pertenece al Partido de San Fernando y, tras marchas y contramarchas, el 7 de abril de 1998 la provincia de Buenos Aires la declaró reserva natural de uso múltiple.
Reserva natural de uso múltiple
Pero además de fantasmas históricos, la naturaleza manda. Los biomas predominantes son el bosque en galería donde abundan el ceibo y el laurel criollo, el espinal o monte seco con sus espinillos, cardones y lapachillos, el «arenal» poblado de coronillos y las playas con juncales.
Su fauna integrada por más de 250 especies de aves tiene entre las destacadas a los picaflores, gavilanes, crespines, teros, horneros, biguás, garzas, chimangos, cotorras, cardenales, sietecolores, caburés y lechuzas. También se pueden observar lagartos, lagartijas, yararás, tortugas acuáticas, nutrias y, ocasionalmente, yacarés y carpinchos. Una propuesta de turismo diferente.
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