MADRID.- ¿Qué es la globalización? ¿Cómo nos afecta? ¿Quién o quiénes controlan este mundo globalizado? A estas preguntas trata de responder Economistas Sin Fronteras con su último dosier (ya descargable), dedicado al gobierno de la globalización. Para profundizar todavía más en este asunto crucial, la ONG dedicada al desarrollo ha organizado un evento que contará con destacados expertos, y que tendrá lugar el jueves 18 de enero a las 19 horas en su sede madrileña (calle Gaztambide 50, bajo).
Para abrir boca, aquí está la conversación que NOTICIAS POSITIVAS mantuvo recientemente con José Ángel Moreno, vicepresidente y coordinador de los dosieres de Economistas sin Fronteras, que explicó los fundamentos de la globalización.
N+: -Lo primero de todo, ¿qué es la globalización?
José Ángel Moreno: -Es un proceso de intensificación potentísima de las relaciones de todo tipo a nivel internacional. Relaciones económicas, pero también demográficas, culturales e incluso políticas. Algo que se intensifica a finales de los años 80 del siglo pasado gracias a la revolución de las tecnologías de la información y de la comunicación. Pero que responde fundamentalmente a unas motivaciones económicas muy claras: las grandes empresas transnacionales ven un canal perfecto en la globalización para aumentar su cuota de mercado a nivel mundial. Son los grandes agentes que aspiran a llegar a todos los rincones del planeta.
Tras esto, hay además una voluntad política muy clara de los gobiernos de los países más desarrollados, donde se ubican las sedes de esas grandes empresas, que consideran que facilitando este canal, este nuevo espacio para las grandes empresas, pueden potenciar también su nivel de desarrollo.
-A menudo se ve la globalización como un proceso que supone un desplazamiento del poder desde los Estados hasta las grandes empresas. Pero la realidad es que, a veces, son las mismas personas que están en los Estados las que acaban dirigiendo también las grandes empresas.
-Por una parte, es indudable que, al calor de la globalización, los Estados están perdiendo margen de maniobra. Cada vez tienen menos capacidad de autonomía en su política económica. Un margen de autonomía que, en contrapartida, están ganando las grandes empresas.
Pero también es absolutamente verdad lo que señalas. Se está produciendo también una hibridación cada vez mayor entre el poder político y el gran poder empresarial. Cada vez es más falsa esa dicotomía entre poder político y poder económico, porque el poder económico está fagocitando al poder político.
-Digamos que lo que se está produciendo, en términos de poder, es un desplazamiento del poder, desde la soberanía popular hasta otras entidades.
-Mucho más que pérdida de poder de los Estados, efectivamente lo que está pasando es una pérdida de la capacidad democrática de la soberanía popular. Pero los Estados siguen teniendo mucha fuerza, lo que pasa es que están cada vez más controlados por las grandes empresas. Quien está perdiendo realmente capacidad de control, capacidad de gobierno y de participación es la mayoría de la población, sin lugar a dudas.
-Vamos a profundizar más en el poder de las empresas. ¿Qué significa que las empresas sean tan poderosas en la globalización?
-Significa que las grandes empresas, entendiendo como grandes empresas también a las grandes entidades financieras, son los agentes que mejor han sabido aprovecharse de la globalización. Son los agentes que mayor rédito han sacado de la globalización, y los que mayor capacidad han conseguido para controlar y gobernar este proceso. Porque son agentes que se mueven perfectamente a escala internacional, mucho mejor que los Estados y las organizaciones sociales.
Son agentes que, además, como comentábamos antes, están fagocitando el poder político de los Estados, respaldándose así en los propios Estados para apoyar su despliegue.
Por otra parte, también están aprovechando mejor que nadie las plataformas globales para afrontar los problemas globales: la Agenda de Desarrollo 2030, los problemas frente al cambio climático, frente a la alimentación… En estos espacios, las grandes empresas están asumiendo un protagonismo creciente, porque así consiguen también un protagonismo mayor con el fin de resolver los problemas mundiales en favor de sus intereses.
Finalmente, las grandes empresas, como están controlando cada vez más a los poderes estatales, están configurando unas nuevas normas de funcionamiento de la economía internacional. Fundamentalmente a través de los acuerdos internacionales de inversión y de comercio que se llaman de segunda generación. Que son un mecanismo tremendo para intensificar el control de las grandes empresas sobre la economía.
Entre otras cosas, estos acuerdos están permitiendo que se pueda demandar a cualquier Estado firmante que se atreva a poner en marcha nuevas normas que puedan afectar negativamente a los intereses de las grandes empresas. Pueden demandarlos a través de tribunales privados de arbitraje, que están formados presuntamente por expertos independientes, pero que en la práctica, están absolutamente controlados por las grandes organizaciones empresariales.
-¿Son realmente los acuerdos de libre comercio acuerdos para favorecer el comercio o hay otras motivaciones además?
-En términos generales, sí facilitan el comercio porque eso les viene muy bien a las grandes empresas. Sí que pueden perjudicar a la libertad de comercio de las pequeñas empresas. Ahora no tengo delante las cifras exactas, pero creo que alrededor de un 80 por ciento de las transacciones comerciales internacionales son transacciones entre grandes empresas: entre grandes empresas diferentes y en el interior de las grandes empresas.
En este sentido, estos acuerdos de libre comercio facilitan extraordinariamente la libertad de operaciones de las grandes empresas entre sí, dentro de sí, y entre ellas. Claro, la mayor parte del comercio está canalizado por grandes empresas. Pero esta forma de entender la libertad de comercio pone en peligro la libertad de actuación de otras empresas que no tienen estas facilidades.
-Es decir, se promueve la libertad de comercio, pero para unos pocos. Por tanto, estas grandes empresas, que oficialmente defienden un sistema capitalista de libre competencia, realmente funcionan como un oligopolio.
-Sin ninguna duda; hay una cúpula de grandes empresas que constituyen un oligopolio a nivel mundial. Y que se están imponiendo no solo frente a la competencia, destruyendo cada vez más a las empresas menores, sino que se están imponiendo también frente a los grandes poderes políticos nacionales y a los grandes organismos internacionales, cada vez más cooptados por este gran oligopolio empresarial.
+ INFO: http://ecosfron.org/; Dossier: http://ecosfron.org/portfolio/dossieres-esf-no-28-el-gobierno-de-la-globalizacion/