MADRID.- Una investigación sobre la economía social y solidaria (ESS) en 55 territorios de Europa y del resto del mundo: esta es la labor realizada a través del proyecto “Sustainable and Solidarity Economy (SUSY)”, apoyado por la Unión Europea e impulsado por una red de 26 organizaciones en 23 países europeos.
El próximo mes de febrero se publican los resultados de dicha investigación, iniciada en 2015. El objetivo del proyecto SUSY es potenciar las competencias de las redes de desarrollo y las redes de economía social y solidaria de 55 territorios (46 en Europa y 9 en el resto del mundo) con el fin de contribuir a la lucha global contra la pobreza, al mismo tiempo que se promueven modos de vida más sostenibles. Durante este proceso, se ha logrado identificar y analizar buenas prácticas dentro del ámbito de la ESS.
La investigación se ha llevado a cabo en 32 países, 23 de los cuales son Estados miembros de la UE (46 territorios) y nueve son países de África, Asia y América Latina. El Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (Cerai), entidad coordinadora del proyecto SUSY en España, ha aportado a la investigación el análisis de buenas prácticas de la ESS en Aragón (la Muestra Agroecológica de Zaragoza), Andalucía (la cooperativa Almocafre de Córdoba), la Comunitat Valenciana (la cooperativa de trabajo Terrabona de Picassent, en Valencia) y, a nivel internacional, Bolivia, con la la Asociación de productores Agropecuarios del Caine (Agrocaine).
Las buenas prácticas analizadas pertenecen a diferentes sectores de la ESS: la cadena productiva agrícola y ecológica, el comercio justo, el consumo crítico, las finanzas éticas, el turismo responsable, la reutilización y el reciclaje, las energías renovables, la artesanía respetuosa con el medioambiente, los servicios sociales, los sistemas de intercambio no monetario, los servicios de comunicación alternativa y el software libre.
Economía social y solidaria, transformadora
A lo largo de todo el proceso de investigación se ha constatado que muchas de las experiencias identificadas como buenas prácticas resultan fundamentales a la hora de abordar la crisis económica, financiera y medioambiental global.
De hecho, la investigación ha constatado que las empresas de la ESS son más resistentes frente a las crisis: “La principal lección que se ha aprendido es que, cuantas más redes de contactos y cooperación con una perspectiva holística, más fácil resultará convertir la crisis en una verdadera oportunidad para conseguir que más gente se implique y participe en la nueva creación de una economía distinta que responda a las necesidades de las personas y las sociedades, y no a la codicia de los que sólo buscan los beneficios y exclusivamente a los intereses privados”, señala la investigación del proyecto SUSY.
De las buenas prácticas analizadas se desprende que cuando se crean vínculos entre diferentes experiencias se es capaz de beneficiarse de la iniciativa mutua y activa que representa la economía solidaria. El hecho de que muchas de las empresas de la ESS centren su acción en la dimensión local permite que puedan crear empleo, mejorar las condiciones laborales y, al mismo tiempo, prestar atención a la dimensión de innovación social de su trabajo.
Los resultados de la investigación del proyecto SUSY permiten constatar que en pocos años han surgido organizaciones similares en sociedades alejadas entre sí y que sus actividades económicas se caracterizan por valores profundamente humanos, tanto en sus contenidos, como en sus objetivos. Esto lleva a concluir a los responsables del análisis que la ESS es un modelo de desarrollo incipiente pero con un gran potencial transformador.
+ INFO: http://es.solidarityeconomy.eu/
Mapa online de buenas prácticas en www.solidarityeconomy.eu/susy-map/; canal de SUSY en Youtube