En la joyería contemporánea la experimentación y el diseño son protagonistas. Graciela Lescano es un ejemplo de esta combinación.
Salteña y bióloga, se desempeñó durante muchos años en la Comisión Nacional de Energía Atómica (Conea). Cuando decidió retirarse de esa actividad, se entregó por entero a la creación a través de dos pasiones postergadas: las joyas y lo textil.
¿Qué diferencia a la joyería contemporánea de la tradicional? “La forma de acercarse a la joya”, dice sin dudar la diseñadora. “No lo hace desde los materiales preciosos sino que lo valioso es el diseño. Y por su mensaje, quien lleva una pieza de este tipo quiere algo diferente. Mientras que las joyas tradicionales marcan un estatus, éstas establecen otro diálogo”, sostiene la orfebre.
Los materiales son de lo más diversos: textiles, madera, plástico, diferentes metales, entre ellos la plata 925, uno de los favoritos de Graciela Lescano junto con los hilos de chaguar que conectan a la autora con sus orígenes salteños. “La mujer wichi constituye la parte más frágil y vulnerable de esta comunidad indígena y es quien está en contacto con el chaguar: lo recoge en el monte, le saca la pulpa y lo hila, lo lava y tiñe con tintes naturales. Cenizas, raíces, cortezas de árbol y hojas dan los distintos pigmentos ya que allí no llegan las anilinas, ni tampoco podrían comprarlas por su alto costo”.
Lescano, quien trabaja junto con una ONG que apoya al pueblo wichi, se siente “casada”
con el chaguar, pero también reconoce que esto pasa porque no la conforman otros materiales que encuentra en el país: ni la seda natural ni el algodón ni el lino, ya que no alcanzan la calidad buscada.
Indudablemente, su formación científica ayudó a su desarrollo en la joyería contemporánea. “Estudiar, investigar, experimentar valen tanto para la ciencia como para el arte”, concluye Lescano, quien desde hace años dicta clases en su taller Fwiya (‘volar’, en wichi).
+ INFO: www.gracielalescano.com.ar / tallerfwiya.com.ar