Copenhagen, la capital de Dinamarca es bella y cuenta una larga historia, pero no debe su encanto a las geniales ideas de urbanistas o paisajistas, sino a que su población puede salir a las calles, recorrerlas en bicicleta y reunirse en sus plazas. La inversión en el espacio público y el acceso a los espacios verdes con el foco en los peatones, son algunas de las claves que, asegura la arquitecta en jefe Tina Saaby, la convirtieron en un lugar donde los vecinos aman vivir.
Aunque nació como un pueblito de pescadores, a lo largo de su extensa vida Copenhagen también pasó por una etapa en que debió ser fortificada por los frecuentes asaltos militares. La ciudad cuenta una historia y los copenhaguenses la respetan a la hora de embellecerla.
“El 75 por ciento de los habitantes de la capital de Dinamarca viajan a su trabajo en bicicleta. El ejercicio, las actividades al aire libre y al sol desarrollan más endorfinas y eso es bueno para la salud. Los ciclistas pueden oler el perfume de las flores en sus viajes, siempre tienen una sonrisa en el rostro. Desde nuestro lugar, queremos que la gente sea feliz, que los vecinos se encuentren con otras personas”, asegura Tina Saaby, Arquitecta en Jefe de la Ciudad de Copenhagen desde septiembre de 2010, y quien inspira, facilita y asesora a los políticos y la administración de la ciudad. Su responsabilidad es ayudar a definir las pautas y las visiones arquitectónicas en el desarrollo de la ciudad basada en la política arquitectónica de la ciudad de Copenhague. Saaby visitó Buenos Aires para disertar en la XVI Bienal Internacional de Arquitectura.
“La gente está primero. Nosotros pensamos en la vida de las personas antes que en el diseño de los espacios públicos y de los edificios. Porque es la vida de la comunidad la que configura una ciudad. No hay ciudades sin gente que las usa, las vive, que trabaja y habita sus edificios y se mueve en sus calles”.
Con esta mirada holística, Saaby apoya la agenda de desarrollo de una ciudad sostenible y habitable, en la que predomine el diálogo entre los actores involucrados para discutir cuáles son las necesidades de la comunidad, la cocreación y donde nadie “se enamore” de una idea única.
Copenhague debe ser neutra en carbono para el año 2025 y también necesita prepararse para los cambios climáticos esperados en el futuro, como aguaceros más intensos y frecuentes. La idea es que los ambiciosos objetivos de optimización energética y adaptación climática se realicen de una manera que asegure y mejore la calidad de vida de los habitantes.
Copenhagen, o cómo construir para vivir
Algunas de las claves que mencionó la arquitecta danesa en su presentación pueden resumirse en estos puntos:
- Diseñar edificios y espacios públicos con el foco en la gente.
- Dar prioridad a una ciudad que combine variedad de edificios y casas
- Diseñar edificios y espacios públicos con lugar para comunidades e iniciativas privadas
- Estimular la adaptación climática y la optimización energética.
- Diseñar edificios durables y espacios públicos que ofrezcan valores a largo plazo. Alentar la construcción de playgrounds y balcones transparentes.
- Permitir que todos los patios escolares sean públicos y ecológicos
- Enfoque peatonal para el diseño en el lado soleado de la calle.
- Exigir que todos los edificios, incluso si son de propiedad privada, tengan acceso público
- Diseñar barrios para que caminar y andar en bicicleta sea simple pero complicado para los autos.
- Subvención de un 10 por ciento a la vivienda social si cumple con los requisitos exigidos por la municipalidad.