“Una crema cuesta más por el packaging y el marketing que por su contenido. Nosotros preferimos invertir en investigación de productos efectivos. El nuevo lujo es lo orgánico”, asegura Carlos Lizardi, pionero de los productos orgánicos y de origen vegetal en la Argentina y referente de spas sostenibles. El empresario conversó con NOTICIAS POSITIVAS sobre las ventajas de la corriente de cosmética slow y contó cuáles son los nuevos protocolos de bioseguridad que permitirán tratamientos de belleza sin riesgos.
Después de trabajar para la marca francesa Stendhal por cuatro años, en 1985 fundó su propia marca, Pomme Verte, que todavía existe, y a los dos años vino CL45. Comenzó sus estudios sobre fórmulas orgánicas en Suiza y en 2010 fue convocado por una marca francesa orgánica y ahí se apasionó por el tema.
Sus productos son terapéuticos y orgánicos de origen vegetal. “Hago una aclaración: para que una marca sea homologada como orgánica debe tener por lo menos un 11 por ciento de elementos activos orgánicos. Una fórmula nunca es totalmente orgánica, eso es marketing. Puede tener un 25 % orgánico, el resto de origen natural y siempre algún conservador, siempre hay algún químico, aunque estamos tratando de que sea lo menos posible”, explica el creador de CL45. «En Francia, descubrimos que, en una época, lo orgánico era sano y responsable, pero tampoco tenía efecto. En los últimos ocho años investigamos para que el producto sea orgánico, pero que sea efectivamente antiedad», señala Carlos Lizardi. “Recientemente lanzamos una crema de cúrcuma, un pilar antiedad de la cocina y la terapéutica. Tiene cítricos y ácido hialurónico vegetal. Es un verdadero producto antiedad. ¿Por qué? Porque tiene los antioxidantes necesarios como para poder calificarlo de antiedad, es muy hidratante y el efecto es visible. No es antiarrugas, sino que va trabajando sobre la oxidación de la piel. También lanzamos un suero con varios antioxidantes y ácido glicólico que proviene de la caña de azúcar.»
Belleza sostenible y «slow»
«Estoy dentro de la corriente de Slow Cosmetics, con quienes hice un seminario hace unos años. ¿Cuál es la propuesta? Productos ‘honestos’, poco packaging o nada de packaging, menos marketing y más efectividad.»
Cuando comenzó con Pomme Verte utilizaba vidrio, que es el envase más sustentable en belleza. Desde noviembre del año pasado, cuando empezó con su spa en el Hotel Sofitel de Buenos Aires, contrató a una experta en sustentabilidad y está trabajando en el tema de los envases. “Y estamos pensando en eliminar las cajas de aquí a un año, ¡demasiado cartón en el planeta! Trataremos de imponer el concepto de envases que puedan tener una segunda vida o más. El poco plástico que usamos es reciclable y tratamos de instalar la idea de emplear los frascos, una vez vacíos, para otro uso. Un tónico en spray se puede volver usar para contener alcohol al 70 %, es posible darle una segunda, tercera o cuarta vida” asegura Lizardi.
Protocolos de bioseguridad
Cuando las condiciones sanitarias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo permitan y el Hotel Sofitel reabra sus puertas, se pondrá en práctica un riguroso protocolo de bioseguridad. Los kits ya fueron enviados a las clientas con sus correspondientes explicaciones. “Vestimos a la clienta con material descartable sobre el zapato, cofia y bata. En la camilla ya no hay más toallas sino un nylon cristal que se desinfecta. Nuestra cosmetóloga atiende con cofia, guantes máscara y barbijo descartables. Nuestros kits de bioseguridad están homologados en la Argentina y en Europa, estamos esperando poder reabrir. Esperemos que sea pronto. Mientras tanto atendemos en nuestra tienda online”, concluye Carlos Lizardi.
+ INFO: www.cl45.com.ar