En la presentación, la última semana de junio, del XII Foro Latinoamericano de Educación, auspiciado por la Fundación Santillana y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), se conoció el informe que escribió Axel Rivas, el coordinador de Educación del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
N+: -Una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez: ¿para qué le sirve la escuela al chico que la está cursando? ¿Cuáles son, entonces, los temas «cruciales», como los denomina el informe, que enfrenta hoy la educación en la Argentina?
Axel Rivas: -Es un trabajo que recopila las últimas ideas sobre innovación educativa, que es una idea presente -a veces demasiado presente porque se convierte como en una moda-, para aclarar un poco el concepto y darle un sentido más práctico. El informe está muy centrado en la innovación desde adentro del sistema educativo. No creemos en que todo va a cambiar desde afuera o que el sistema es solamente conservador y que nada cambia en las escuelas.
Al contrario, creo que hay muchas experiencias muy valiosas, que se conocen poco, pero sobre todo lo que sí falta es una visión muy crítica desde adentro del sistema de todo lo que hemos «naturalizado» como la única forma de enseñar: en aulas graduadas, con un currículum muy homogéneo, una enseñanza que es igual para todos al mismo tiempo, muy desapasionada, que no crea en los alumnos ni el deseo de aprender ni el de estar ahí.
Entonces, hay que desnaturalizar esa idea de que esa es la única forma de enseñanza. Y especialmente, enfocar en la escuela secundaria, que es el nivel más crítico, en el que hay que pensar las cosas más a fondo. El mensaje está más dirigido a las escuelas secundarias, especialmente al sector público, para no pensar que está todo definido, que hay que esperar solo las macropolíticas del Estado, al cual el libro por supuesto le habla y define cuáles son las políticas educativas, sino también que hay mucho que se está haciendo y que hay que reconocer.
-En la Introducción del informe se dice que es necesario construir «un mapa de buenas preguntas, que combinen el espíritu explorador, la aspiración de justicia con el método científico». De estas tres pautas rescato lo de la aspiración de justicia.
-Todavía hay una confusión: primero, en las escuelas secundarias, hay creencias de distinto tipo que hay que discutir, como por ejemplo que hay alumnos que no deberían estar en la escuela o que no les da la cabeza, que no pueden aprender por sus familias, que no están en la misma situación que los demás. Hay mucho para trabajar en la idea de que la escuela es el espacio que conquista derechos, que trabaja con, y se nutre de, la diversidad de los alumnos -con todas las dificultades que esto tiene, está claro-, pero hay que dar la idea de que la escuela es para todos.
Y al mismo tiempo lo más importante es el cómo, porque en muchos sí está esta concepción de la educación como un derecho de la inclusión educativa, pero lo que más ha faltado y falta, y lo más difícil, es traducirlo en prácticas, porque, a pesar de que todos estos últimos años han sido una gran conquista en la visión de la educación como un derecho, eso necesita la materialización en la organización de las escuelas, en las prácticas pedagógicas, cómo se hace pedagogía para la inclusión social, cómo se hace que los jóvenes de sectores populares lleguen por primera vez en su historia familiar a la escuela y sean sujetos de derecho de aprendizaje, que entiendan que la escuela secundaria no es un lugar al que se va a cumplir una serie de normas para después repetir en un examen, sino que forma proyectos de vida.
Y para eso hay que transformar la escuela secundaria, porque la vieja escuela secundaria, enciclopédica, basada en exámenes, en la memorización, no lo va a hacer. Hay un trabajo profundo de defensa de la justicia que se traduce en nuevas pedagogías.
-Y esa visión que también dio el XII Foro con distintos ejemplos: de Perú, de Colombia, de España.
-Creo que están pasando muchas cosas, que todavía no están en el centro del sistema educativo, que son cada vez más variadas y en algunos casos de gran escala. Hemos recopilado en los últimos años en el Laboratorio de Innovación del Cippec varias experiencias en toda América Latina que nos muestran que hay mucho movimiento, hay ecosistemas de innovación, grupos o redes de escuelas con políticas públicas, con mayor intervención del Estado o no, pero que empiezan a conformar una red que aprende de sí misma, que se multiplica, que gana escala. Algunas de esas experiencias estuvieron presentes en el Foro, otras, no, y son muy valiosas.
Tenemos que desnaturalizar también la idea de que la innovación educativa o el mundo ideal está en Finlandia. Estamos viendo muchas cosas acá en América latina y en la escuela pública y en contextos de pobreza en donde se puede trabajar sin pensar que hay que mudarse a Finlandia. Es importante esta visión transnacional: podemos aprender mucho de nuestros hermanos de otros países y ellos también de nosotros. A veces para «desnaturalizar» necesitamos espejos que nos muestren otras cosas. Y también experiencias prácticas, porque siempre el saber quiénes lo hicieron y en primera persona ilumina mucho más a los educadores que nosotros los especialistas, que hablamos mucho más desde afuera.
+ INFO: http://edulab.cippec.org/