Alfredo Sábat es ilustrador y caricaturista del diario La Nación desde hace once años, pero su trayectoria se remonta prácticamente a lo largo de toda su vida. Estuvo de visita en el estudio de NOTICIAS POSITIVAS presentando su nueva faceta musical y el hit «No tengo onda»
En el marco de una charla sincera te presentamos a este artista en el que conviven el talento y la humildad en partes iguales.
N+ -¿Cómo nace la idea de hacer videoclips?
Alfredo Sábat – Una tarde pasé con mi hija por la plaza Pizzurno y me encontré en el medio de las diferentes expresiones de la fauna urbana (darks, góticos, etc) y pensé «No tengo onda, ¿qué hago yo acá?» Creo que en parte los dibujantes somos músicos frustrados, pero por suerte un día descubrí en mi computadora un programa instalado que me facilitó el armado de sonidos. Luego vino la parte de animarme a escribir letras pero pasó algo más: mi mujer me desafió a que tranformara todo en un video, me dijo que no escucharía nada hasta no ver todo el trabajo completo. Y así lo hice y la verdad es que no pude creer la repercusión de esto que colgué en la web tan solo para compartir con los amigos.
Cuando voy a La Nación que queda al lado del Luna Park veo las colas de gente esperando para ver a personas que no puedo creer que llenen un estadio, y ahora que tengo miles de visitas en el sitio de You Tube por estas canciones ¡entiendo el fenómeno!
– ¿Dónde aprendiste a hacer arte?
– Yo aprendí de mi viejo, él fue mi maestro, lo miro trabajar y a mí me alcanza. Otra escuela fueron los museos, all
í es al pintor en vivo y en directo, a ese pintor que pensó tamaño y una textura como parte del significado. Lo que yo hago en este proyecto musical son canciones, si es o no arte lo valorarán los demás ya que el» arte» es o no según esa valoración externa.
– Hablás mucho de esa relación íntima con el arte que se da, por ejemplo, en los museos ¿Cómo ves la relación de los jóvenes con las computadoras?
– Es lógico y es bueno que la computadora permita un acercamiento a obras de arte para quienes no pueden viajar, pero hay que decir también que no es lo mismo. Internet hoy ofrece un acceso que es interesante, el tema es que esta oferta es tan enorme que uno busca por sus gustos, pero si no tenés alguien que te guie o acote podés caer también en cualquier lado.
Yo llegué hace relativamente poco a un punto en el que me di cuenta de que si vos no estás disfrutando lo que vos hacés nadie va a disfrutar lo que haces tampoco. Yo estaba muy pendiente de la mirada de mis jefes hasta que decidí buscar y confiar en lo que me gusta a mí. En definitiva, la valoración de los demás está condicionada por sus propias cuestiones así es que comencé a hacer las cosas como a mí me gustaba y me empezó a ir mucho mejor.
Con respecto a cómo funciona su proceso creativo, Sábat explica que él piensa en imágenes y hace mucha asociación de ideas. «He ido desarrollando una especie de diccionario visual que tengo en la cabeza y cuando me hablan de un tema viro a esa imagen que guardo. Muchas veces tengo un texto para ilustrar y tengo que leer, leer y leer (a veces son temas muy duros) y dentro de los límites de tiempo (que puede ser una hora, por ejemplo) dentro de esos límites voy tirando mi proceso creativo, me asocio a ese clima y veo qué puedo decir con imágenes. Pueden ser horas o pocos minutos, porque hay que sacar el dibujo si o si.»
Ganador de premios (y cabe destacar que este gran dibujante hace muy poco tiempo que se presenta a concursos), dueño de una personalidad calma y reflexiva, Alfredo Sábat ríe cuando le pregunto si es optimista. Y sí, se entiende, no es una pregunta sencilla ni acotada. Pero al cabo de unos segundos resume: «Creo que sí, soy un tipo optimista en cuanto a que creo que voy a poder seguir mejorando y ser feliz con mi familia».