NOTICIAS POSITIVAS tuvo como invitado en el estudio de Radio Palermo a Fernando Solari, quien se encuentra en el ranking global de personas más influyentes en cuestiones de responsabilidad social empresaria, el Top 500 CSR & Business. Solari es además autor de Lazos comunicantes: estrategias y acciones para lograr la responsabilidad social empresaria.
N+: -¿Cómo es la experiencia, cuando se trata con empresas que deben, o quieren, ser más responsables?
FS: -Es muy positiva y estimulante, nosotros estamos detrás de un nuevo concepto que denominamos «enriquecimiento simultáneo»: todos los que formamos parte de algo debemos generar valor para todos los involucrados. Este concepto implica una serie de condiciones; una es que dejemos de mirar al mundo como algo cerrado, porque hacer eso nos permite la tentación de decir «para ganar más, tengo que hacerlo perder al otro, y me quedo con su parte».
No se trata de ganar más o de compensar, sino de generar valor permanentemente. Siempre somos personas, no hay ningún tipo de organización abstracta, ni gobiernos, ni instituciones que sean un algo, sino que se trata de grupos de personas con una tarea en común. Además, debemos saber que los valores incluyen al dinero, pero no están limitados a él. Esto significa que todo lo que hagamos debe beneficiar a las dos partes, para que en todos los sitios en donde intervenimos haya una generación de valor para todos los integrantes.
-¿Cómo es recibida esta noción de «ganamos todos» en las empresas?
-Hay resistencia cultural, pero se ve muy bien cuando caen algunos prejuicios. En las empresas debe caer el prejuicio de ganar dinero, pues en tanto y en cuanto generemos valor, ganar dinero no tiene ningún tipo de problemas. Empieza a ocurrir cuando toma presencia la conveniencia de manera positiva: a las empresas les pasa que ya no se puede tener diferenciales sostenibles, porque entre los que te copian algo, por lo menos habrá alguien que no solo lo copia, sino que lo mejora. Esto implica que la única manera de tener un diferencial sostenible está por el lado de los intangibles, donde hay solamente dos caminos a transitar. Uno está dado por la reputación, dada por el prestigio en la imagen convergente: si lo que hacemos es concordante con lo que decimos, nuestro prestigio será alto, y este tiene la característica de ser constructivo, o lo construyo o no lo tengo. El otro camino es el del vínculo comunitario: si soy capaz de tejer un vínculo con la comunidad, podré tener el intercambio de valor del que hablábamos antes.
– ¿Qué es el tejido de emoción y razón?
-Nosotros tenemos una manera particular de tejer el vínculo comunitario y de identificarlo como tal. El tejido está compuesto por dos elementos:los hilos que son la razón, los argumentos que tenemos en nuestros quehaceres. Ahora, si no les ponemos nudos, vamos a tener cortinas, no una red. Los hilos se componen de emoción. Entonces, debemos tener razones, pero si no sabemos detectar la emoción que anuda esos hilos, nunca vamos a tener redes. Cuando logremos tejer correctamente, vamos a tener redes que nos contengan, nos protejan, y nos permitan crecer con todos los que invitamos a compartir este tejido.
-¿De qué depende la habilidad de poder «tejer» correctamente?
-En primer lugar, de poder integrar y darle el lugar que le corresponde al otro, no intentar hacerlo solo. Segundo, de permitir que el otro cumpla su función y ponga en evidencia qué es lo que pretende obtener en términos de valor, que puede o no significar dinero, pero que no es el valor exclusivo o excluyente. En tanto y en cuanto sepamos con quién estamos y cuál es la posición que libremente desea tener cada uno, vamos a poder tejer hasta el infinito, y más allá.
-¿Cuál es la situación actual que te hace tener optimismo?
-Creo que recién ahora empiezan a aparecer indicios de que ingresamos al tercer milenio. Están ocurriendo cosas que demuestran que no seguimos con la inercia del anterior. Un hito que lo pone en evidencia es que la comunidad empieza a cambiar el foco de atención para sacarlo del «qué hacemos con la ganancia», y ponerlo en «¿cómo es que conseguimos el dinero y cómo lo ganamos?»
-Quizá por eso uno percibe, por lo menos desde el periodismo, que hay una exigencia de transparencia en el mundo.
-Ese es uno de los puntos que ponen en evidencia el cambio. Hay cada vez menos formas de esconder el dinero. El mundo lo está poniendo en evidencia. También está terminando la RSE que yo llamo «filantropía tuneada», que no era más que filantropía con otro nombre. Eso está terminando porque ahora que se puede ver cómo se gana el dinero, a la gente no le importa tanto lo que uno hace con el dinero, sino más bien cómo obtiene el dinero. Es un cambio determinante, que nos pone en el tercer milenio y que nos obliga a cambiar todo lo que hacemos, y fundamentalmente cómo lo hacemos.